Manuel Bebí, bailé, reí, platiqué con nuevas personas y de pronto me percaté que esto era lo que necesitaba después de años. Hasta ahora, a mis casi 19 años, estoy cayendo en cuenta lo bueno que soy para mantener una conversación, lo simpático que puedo ser con otras personas, lo divertido y espontáneo, entre otras cualidades que al parecer Xóchitl explota en mí. Pasé de ser el chico misterioso de la clase de literatura a Manu, sólo Manu y ya. Aquí nadie me conoce, nadie sabe de mi apellido ni de los poderosos amigos de mi padre, aquí sólo soy yo y esto me agrada mucho. Así que ahora, estoy en medio de otro descubrimiento en mi vida, el porque los tacos de pastor y de suadero saben mejor a las cuatro de la mañana que a las ocho de la noche, no sé, tal vez sea la cerveza que corre por mi