Capítulo 15

2144 Words
Me guio con el GPS  y al estar frente a la casa de Kilian, tomo el teléfono y le hago una llamada. -Estoy frente a tu casa- -¿Quieres entrar?- -Me da igual, ¿quieres que entre?- -Dame 5 minutos y salgo, creo que tengo una idea.- Rápidamente cuelga el teléfono. Enciendo la radio y en ella se escucha “Payphone” de Maroon 5. Envió un mensaje a Becka donde le digo que salí con un amigo un rato, más que todo para que no se preocupe por donde estoy, porque por Camil no me preocupo, ella no  se va a despertar hasta mañana, es bastante dormilona. -¿Puedo manejar?- Pregunta Kilian desde la ventanilla del copiloto. Me bajo del auto y voy a tomar asiento en el lugar del copiloto. -¿Qué planeas?- -Te quiero llevar a un mirador, que hay a las afueras de la ciudad y conozco un atajo.- -Que increíble.-Susurro. -¿Qué pasa?- Pregunta con diversión. -No, es solo que te conozco hace más de un mes, si no me equivoco y siempre eres tan activo, siempre transmitiendo tan buenas vibras, es difícil no sentirse bien a tu lado.- -No siempre soy así, es solo que hay personas que hacen que uno se convierta en la mejor versión que se puede ser.- -¿Dices que yo saco una buena versión de ti?- -Así es.- -Interesante.- -Bastante.- Contesta. Ninguno de los dos habla, solo se escucha el sonido provocado por la radio que se encarga de  inundar el auto de música al ritmo de  “When I Was Your Man” de Bruno Mars.   Por mi ventana veo cómo vamos dejando atrás las grandes edificaciones de la ciudad que son sustituidas por grandes árboles y ese aroma a naturaleza que inunda mis fosas nasales y me hace sentir de alguna forma, liberada. Entre más subimos por lapsos se ven las luces de la ciudad cada vez más pequeñas. Da la sensación de tener el mundo a los pies y en cierta forma, es así. Al estar en la parte más alta  bajo del auto y no puedo evitar quedar anonadada con la vista, desde donde estamos se ve toda la ciudad. - ¿Te gusta?- Sin pensarlo le doy un abrazo. El olor de su colonia me da una sensación extraña, se me hace familiar. -Siento demasiada paz, no sé ni cómo explicarlo.- Le digo sin soltarlo. En parte también tengo frio. Es momento de deshacer el abrazo, el pobre se va entumir.-Entiendo a lo que te refieres, yo siempre tengo esa sensación cuando estoy aquí. Es como si los problemas desaparecieran en el momento que empezamos a subir por el camino que nos trae aquí.- -Gracias por esto, lo necesitaba.- Le digo.-Pero bueno, no estamos aquí por mí, estamos acá para ayudarte con lo que te pasa.- -Hablando de eso, Nía-  Kilian Unas horas antes… Entro al estacionamiento del hospital y estaciono mi auto. Mi teléfono empieza a vibrar y en la pantalla se lee Stefannia, trago saliva y rápidamente contesto.- Hola, Nia.- -Holaaa.- Dice Camil del otro lado del teléfono. -Hola Camil, ¿a qué debo tu tan especial llamada?- -Hoy hay una obra en mi escuela y  yo soy un árbol y me gustaría que fueras.- -¿Qué dice Nia al respecto?- -Ella dijo que quería que fueras.- -Bueno ¿cómo se llama la escuela?- Camil me dice el nombre del lugar y cuelga. Tiro mi cabeza para atrás ¿Ahora qué hago? Me encantaría estar allí con ellas, pero  mi turno nocturno está a punto de iniciar. Podría cambiar el turno con alguien, pero esa es otra ¿a quién le puedo decir? Varios minutos después recuerdo el nombre de alguien que puede ayudar. Busco su número en mis  contactos y rápidamente le marco, segundos después el responde. -Dallas, hola, te hablaba para pedirte un favor.- -Claro, dime.- -Mira, lo que pasa es que me salió algo muy importante esta noche, que odiaría tener que perderme, es muy importante para mí, pero estoy a treinta minutos de empezar mi turno nocturno y por eso quería ver si podemos cambiar turno, además de que yo te pago la noche ¿Sí?- -Primero dime, ¿es por una chica?- -Más o menos, yo diría que es por una niña, de cinco años- -Amigo, no sabía que ahora te gustaban las niñas- -Eres un idiota ¿Me ayudas?- -Claro, es más, solo cambiemos turnos, no tienes que pagarme la noche, pero prométeme que me la presentarás, quiero conocer a la niña que descontrola tus planes.- -Tenemos un trato, muchas gracias, nos vemos luego.- Dallas corto la llamada. Regresé a casa lo más rápido que pude. Necesito cambiarme de ropa. ¿Qué se lleva a ese tipo de cosas? Supongo que se lleva ropa casual. Una vez listo subo al auto y en segundos ya me encuentro rumbo al kínder. Estaciono el auto y bajo, encontrándome con el guardia de seguridad quien me pregunta, si tengo algún parentesco con alguno de los niños de la obra, unas inmensas ganas de mentir me invaden, pero eso podría comprarme problemas innecesarios, así que le contesto que no soy familia más, si amigo de la familia y doctor de la tutora de Camil, por lo que el muy amablemente me deja pasar. Mi teléfono vibra y rápidamente contesto al ver que se trata de mis padres. -Hola mami, hola papi.- -Hola mi niño.- responde mi madre, mientras papá solo sonríe.-Queríamos saber cómo estabas, ya que hace semanas no nos llamas y sabes que nos gusta saber de ti.- -Lo siento, es solo que he estado muy ocupado en algunas cosas, y todavía aún no me he sabido acomodar con todo.- -¿Hablas del matrimonio? ¿O de algo más?- -Ay mamá, si supieras todo lo que está pasando por mi mente, tengo tantas dudas con respecto a todo- -Eso se puede arreglar, sabes que en unos días iremos, para la boda, por lo que nos  iremos unos días antes y así nos cuentas que es lo que pasa.- Contesto papá. -Bueno, los quiero, debo irme, la obra está por comenzar.- -¿Obra?- -La obra de la hija de una amiga- Contesté. -Ahhh- Dicen en unísono mis padres. -Ahora entendemos, bueno, no te quitamos más tiempo, recuerda estarnos llamando que no nos gusta que te pierdas tanto.- -Trataré de llamar más seguido mamá, cuídense, los estaré esperando para que hablemos.- Cuelgo la llamada. Me cruzo con una maestra y le pregunto en donde me puedo sentar, ella después de preguntarme mi nombre me indica que mi lugar es junto a Nia y su familia y me señala el lugar. Pronto veo a Nia, le agradezco a la maestra y voy a mi lugar. Me siento junto a ella, sin saber por qué mi pulso se  acelera y siento mis manos sudar. -Llegué tarde- Digo, para que se dé cuenta que estoy aquí. -Kilian, que sorpresa.- Me contesta ella. -¿Sorpresa? Hace un rato recibí una llamada de Camil desde tu teléfono en donde me decía que querías que viniera a ver su obra.- -No tenía idea- Auch ¿eso que se escuchó fue mi corazón, esa enana mentirosa me engaño.-pero me alegra que estés aquí, espero que no hayamos interrumpido algo.- Un poco sí, pero no quería estar en otro lugar que no fuera este. -En realidad no, y ya que no estaba haciendo nada importante, la llamada de Camil me cayó excelente.-  Contesté. No le podía decir todo lo que hice para verla, bueno para ver a Camil. (…) Estando en la cena con su familia pude notar que a Nia aunque intentaba disimularlo, algo le estaba incomodando, ella realmente no estaba siendo ella, era notorio que algo la atormentaba y no  me podía quedar con la duda, por lo que le envié un mensaje a Matt. Él me dijo que sí, que yo tenía razón, y  que ella estaba así por el aniversario de la muerte de sus padres, por lo que comprobé que realmente ella es una chica fuerte. No me gustaría estar en su lugar en estos momentos, pero temo que mencionarle la muerte de sus padres, no es una opción,  se podría sentir  peor de lo que ya se siente. Quiero que ella hable conmigo de eso, para que se desahogue, porque es muy bien sabido que guardarse las cosas, las tristezas, los sentimientos, no es bueno para nadie y menos para alguien que padece del corazón, pero quiero hacerlo cuando estemos a solas, porque con lo poco sé que ella es bastante sentimental y si lo está tratando de ocultar es porque conoce a su familia y sabe que si ella se quiebra, ellos también lo harán. En parte también sería feo que Camil la vea llorando, ella todavía no entiende las cosas y está bien, no tiene por qué entenderlas. Durante toda la cena me la pasé  pensando en una manera de hacer que termináramos solos, para poder hablar, pero mi mente estaba en blanco, estaba muy ocupado en disfrutar de su familia, son personas muy amables y divertidos. (…) Después de mucho pensar decidí llamarla y decirle que era yo quien necesitaba hablar con alguien, así que acá vamos rumbo a un mirador a las once de la noche. Su mirada se encuentra puesta en la ventana, no imagino todo lo que piensa. Al llegar, bajamos del auto- ¿Te gusta?- Pregunto. Ella me mira y cuando menos me lo espero ya Nia se encuentra rodeándome con sus lindos brazos, enterrando su cabeza en mi pecho. Mis latidos están en total descontrol, hasta el punto que podría jurar que siento mis latidos en el cuello. -Siento demasiada paz, no sé ni cómo explicarlo.- Me dice sin soltarme. No me quejo, yo tampoco quiero soltarle. Pasan los segundos y decide terminar con el abrazo -Gracias por esto, lo necesitaba.- Me dice.-Pero bueno, no estamos aquí por mí, estamos acá para ayudarte con lo que te pasa.- Cierto, se supone que estoy triste. -Hablando de eso, Nía- Tomo la sábana que había traído y la pongo en el suelo para luego sentarme y que ella también lo haga, ambos disfrutando de la vista. -Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea.- Espero que pienses lo mismo de mí. -En realidad, solo quería verte y no sabía cómo decírtelo sin que te asustaras.- -¿Asustarme?- -Es que, algunas personas lo podrían tomar de mala forma, cuando en realidad no es así.- -Yo sé que somos amigos, Kilian, y que pronto te casarás con la persona que amas, yo no puedo ni debo tomarlo de otra manera lo que me digas.- Trago saliva, técnicamente todo lo que dice es cierto y debí saberlo, ella es una persona muy inteligente y estable emocionalmente, no esperaría menos de ella. -Espero que no te molestes conmigo, pero durante la cena, te noté un poco triste, así que me preocupé y le pregunté Matt si sabía que te ocurría y me dijo lo de tus padres, sé que no es de mi incumbencia, pero realmente me preocupas y no me gusta verte mal.- Sus ojos se llenaron de lágrimas, que en cuestión de segundos empezarían a salir.- Me conoces tanto.- Me dice mirándome a los ojos. Unas inmensas ganas de acortar la distancia y besarle se apoderan de mí. Yo no me siento con capacidad de alejarme, así que doy tiempo para que sea ella quien lo haga, pero no sucede, nos encontramos en un trance, en una guerra de miradas, como si con nuestros ojos estuviésemos hablando, diciendo todo aquello que el alma siente, pero que no se puede decir en voz alta, porque simplemente no es tan sencillo. Cierro los ojos y cierro mis puños con fuerza, clavando las uñas en las palmas de mis manos, tratando de salir de este trance que solo ella logra en mí. Ya no soy un adolescente para dejarme llevar tan fácil por mis instintos, hay mucho más detrás de todo lo que hago, todas mis acciones tienen una consecuencia y hasta no tener claro lo que estoy sintiendo, no voy a cometer errores que les harán daños a las personas que quiero. -Siempre me ha gustado estar aquí- Le digo. -Entiendo por qué, la vista es sensacional.- -Lo es, descubrí este lugar, porque antes me gustaba mucho salir a correr con un perrito que tuve hace como ocho años, un día Bobby se me escapo, así que lo seguí hasta encontrarlo súper cerca de aquí, y junto a él  subí un poco y encontré esto, ahora cada vez que puedo vengo, incluso algunas veces  cuando aún estaba terminando mi carrera venía a estudiar y bueno, me sirvió muchísimo. -Eres dichoso, yo algunas veces necesito un escape de la ciudad de todo, pero no tengo a donde ir.- -Ahora lo tienes, mi lugar especial, es tú lugar especial, así que cuando quieras puedes venir, incluso pensaba que deberíamos traer a Camil para que conozca, creo que a ella le encantaría.-
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