La boda de mi ex

9 años atrás Subo las escaleras del departamento con una sonrisa en el rostro. Mi entrevista fue estupenda, y muero por decirle a Abel, mi novio desde hace tres años, que estoy a nada de convertirme en una de las guionistas principales de la cadena de telenovelas "TVNovels". Supongo que se va a poner más feliz que yo, puesto que él me estuvo acompañando desde el primer minuto con este emprendimiento. Abro la puerta con lentitud, todo está a oscuras y frunzo el ceño. ¿Ya se fue a dormir? Quizás se sentía mal. Enciendo la luz y me encuentro con una escena que me hace temblar. Dos botellas de vino sobre la mesa, una vacía y la otra por la mitad. Cubiertos, dos copas y el estéreo encendido con música muy suave. Sobre el sillón veo una camisa azul que reconozco muy bien, pero también un vestido rojo que sé que no es mío. A medida que avanzo, mis manos comienzan a temblar y mi pulso se acelera. Ropa interior tirada por el camino hasta la habitación, y no puedo evitar abrir la puerta del cuarto para verificar que está todo bien, que no es lo que estoy pensando... Pero no es así. Solo basta un minuto para confirmar que, en efecto, me está engañando. La silueta de una mujer moviéndose con rapidez, sonidos que preferiría olvidar y su voz pidiendo más. Mis ilusiones se caen a pedazos. Con apenas veintitrés años, ¿qué iba a saber yo del amor? ¿Cómo iba a creer que este hombre iba a ser el amor de mi vida por siempre? ¡Ja! Qué ilusa que fui al pensar que él era tan fiel como aparentaba ser. Rápidamente, con la vista borroneada por las lágrimas, me armo un bolso con ropa y dejo una nota sobre la mesa ratona. El papel se moja debido a mi llanto, pero no voy a soportar esto. Me engañó frente a mis narices y es algo que jamás voy a perdonar. Te dejo, vuelvo a la casa de mis padres. Hasta nunca. Un minuto después, tiro la llave a la basura y me voy dando un portazo con la frente en alto.