Epílogo. La mirada de Asher estaba clavada en el hermoso abdomen marcado de Bastián, esos enormes brazos que lo hacían tragar saliva y esa mirada perversa qué no podía ocultar. Estaba un poco asustado, no había tendió se*xo en un mes, la primera vez que estuvo con Bastián fue… doloroso y asombroso, lo hizo llegar a lugares que él nunca antes había tocado, estaba seguro que iba a ser igual esta vez. Bastián se acercó a él y lo hizo tumbarse en la cama, lo sujetó del rostro y acarició su pecho mientras miraba su cuello y el modo agitado en el que estaba. —¿No te da un poco de miedo?—Preguntó Bastián sintiendo como su virilidad palpitaba con fuerza, impaciente y dolorosamente debido a ese chico, estaba sorprendido de que alguien tuviera el poder de ponerlo así. —¿Qué cosa?. —Que es muy
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