—Bienvenida a casa— Mis labios se apretaron al escuchar el tono burlesco en su voz, cuando me cargo para subir las mismas escaleras donde me arrojo sin compasión. Sin importarle el hecho de que pude haber muerto—Te tengo una sorpresa, mi querida y bonita esposa— Mi cuerpo tembló al sentir sus labios en mi mejilla, donde dejo un suave beso— Tu madre esta aquí— Sus palabras calentaron mi quebradizo corazón. Mi madre, Anne, tenía una enfermedad terminal. Padecía de cáncer. Su estado era crítico, los médicos sugirieron simplemente detener las quimioterapias y dejar que sus últimos meses de vida los viviría al máximo.
Si tan solo Steven la hubiese ayudado en un principio ella seguramente tendría una oportunidad de vivir más años. Pero Anna intervino, envenenando la mente de mi padre. Metiéndole ideas erróneas.
—¿Dónde está? — Quise bajarme de sus brazos, me detuvo haciendo un sonido seco con su boca.
—¿Por qué la prisa?— La sonrisa perversa en su rostro te dejaba sin respiración y con ganas de hacerte pequeña y meterte en un escondite y no salir— Tranquila nena, sigues en recuperación. Recuérdalo — Sus ojos grises se oscurecieron. Me ayudo a que mis pies tocaran el suelo— Tener a tu madre aquí, al menos hará que te comportes. ¿Verdad? — Me tense. Entonces caí en cuenta que el no trajo a mamá para que me hiciera compañía, no la trajo por mi . Ella estaba aquí para pagar mis malas acciones. Si cometía cualquier error ella seguramente lo pagaría, y no de una buena manera.
—P-por favor— Me aferré a su camisa negra— No la lastimes— La sonrisa burlesca que tenia, se le quito, dándole paso a su verdadera faceta; el monstruo— Ella no…— Mis manos temblaban y mordí mi labio tratando de ahogar el llanto— Haré lo que sea, pero no la lastimes— La satisfacción paso por sus ojos, llenos de victoria. ¿En verdad existía gente tan malvada en este mundo? Antes lo dudaba, ahora Alec me lo confirmaba.
—Sube—Obedientemente lo hice, esperando que me tomara de la mano con fuerza como siempre, pero se quedo en el inició de las escaleras— Volveré más tarde — Trague saliva e intenté ocultar la sonrisa que quería escaparse. Unas horas fuera de la vista del monstruo era tan gratificante— No hagas nada estúpido— Amenazó.
Como pude subí las escaleras, el dolor en mi cuerpo era tan incómodo que subí escalón por escalón como una tortuga—¡Señora!— Brinque por el grito de la chica, cerré los ojos con fuerza al sentir el dolor palpitante en mi costilla—Déjeme ayudarla— Como pude me sostuve y con una mano la detuve— Estoy bien, Linda. No hace falta —La pobre chica parecía asustada al verme en este estado.—¿Sabes si mi madre está en mi habitación? — La chica asintió titubeante.
Deje a Linda atrás y llegue a la habitación. Entre tratando de no lucir tan adolorida. Mi madre estaba recostada luciendo tan enferma y débil. Con su escaso cabello y los ojos hundidos, con su pequeño cuerpo encorvado—M-Mamá — por un momento mis rodillas quisieron tocar el suelo, pero me obligue a ir en su dirección.
—Bella— Al verme jadeo con horror— Pero que te ha hecho— Me derrumbe junto a ella queriendo contarle la verdad— Las del servicio me dijeron que te caíste de las escaleras— Traté de negar, pero no quería que mi madre cargará con el hecho de que su única hija estuviera en las manos de un insensible hombre abusador.
—Tropecé con el tacón — Susurre entre lágrimas— Alec trato de amortiguar la caída, pero no fue suficiente— Mentirosa—Pero estoy bien , mami. Ahora estoy en casa, con mi esposo— Tome sus manos delgadas y las apreté— Y contigo.
—El te hizo ese moretón— Susurro viendo mi párpado— No lo niegues, Bella. Ese feo color que tienes ahora mismo no se hizo con caerte de unas escaleras. Alguien te golpeó, y no encuentro a otro responsable más que tu esposo.
—N-no es así — Sus bonitos ojos se humedecieron.
—No me mientas— Desvíe la mirada— Nunca lo permitas, Bella. Defiéndete y nunca te conformes, mi amor. Porque si no haces algo puedes morir a su lado. Te consumirá hasta dejarte seca— Pareciera que me rogaba y eso provocaba un temblor en mis manos terrible — Jamás serás feliz a su lado. Tienes que irte — ¿Y adonde iría? Solo la tengo a ella, y estamos más solas que un perro callejero— Bella, tienes que irte de su lado— Volvió a repetir.
— No tenemos a donde ir mamá— Murmuré viendo a la nada— No es tan simple— Susurre cansada— Es mejor soportar para que tu estés bien.
Pasamos la tarde dentro de la habitación, hablando de cosas que me hacían reír y viceversa, hasta que llego la noche y con ella , Alec.
—Perdonen la molestia— Linda ingreso a la habitación luciendo apenada— El señor esta en casa y quiere que bajen a cenar.
—Pero, Bella no puede andar subiendo y bajando escaleras — Mamá habló entre dientes— Ese hombre estúpido— Tome su mano tratando de calmarla.
—No me pasara nada, será mejor bajar y no hacerlo esperar— Trague saliva.
Bajamos con cuidado, con la ayuda de Linda, hasta llegar al bonito comer donde ya me esperaba él. Con pasos ansiosos quito las manos de Linda de mi , me acerco bruscamente a él pegando sus labios a los míos. Solté un quejido cuando me lastimo apropósito en la zona de las costillas.
—¿Te duele?— La perversión era tan sínica en sus ojos. El ya conocía la respuesta, por que el había provocado que dijera la palabra positiva— Vamos a cenar— Me empujo y me obligó a tomar asiento a su lado, encabezando el comedor—¿Qué le parece la estancia? — Alec le pregunto a mi madre sin verla, le presto atención al lomo de cerdo que ya hacía cerca de él. Me sirvió primero a mi , pero dejó que mi madre se sirviera.
—Muy incómodo — Mi madre escupió con rencor —Mis ojos detestan a las personas que residen aquí— Me tense. Por el rabillo del ojo observe la sonrisa socarrona de Alec, que siguió con su platillo sin si quiera mirarla.
—¿Es eso así? — Pregunto— Que lastima, pensé que se maravillaría por este lugar , ni si quiera su amante (refiriéndose a mi padre) tiene una residencia como esta.
—No comprendo la comparación — Mi madre se puso a la defensiva—¿Por qué meter a Steven en esto? Mejor aléjate de mi hija, eres un asqueroso abusador— Brinque del susto al verla arrojar su platillo lleno de comida a Alec. Los pedazos de lomo y el espaguetti marcharon su lujosa camisa blanca—¡Eres animal! ¡Un perro! — Me levante enseguida al verla alterarse.
—Por favor— Le rogué con voz temblorosa—No hagas esto, mamá— Le supliqué tratando de hacerla consciente de que Alec desataría a la bestia que habitaba dentro de él.
—Le diré a Steven sobre esto — Agache la cabeza tratando de reprimir la sensación de angustia que sentía en el pecho, mi mayor miedo era que Alec se levantara y la matara a golpes.
—Mamá— Mi mano apretó su muñeca tratando de hacerla reaccionar.
—Siempre serás un perro sucio, imbecil— Ella escupió las palabras con asco— La miseria siempre será parte de tu mundo , por que tu saliste de ella , pero ella no salió de ti— Brinque del susto al verlo arrojar la mesa de caoba contra la pared. Me quedé estática viendo como esa mesa pesada era arrojada como si no tuviera el suficiente peso para no moverla. El estruendoso sonido hizo que mi corazón palpitara de prisa y fue peor al verlo caminar furioso hacia mi madre.
—Y tu siempre serás la perra de Black.
La va a golpear , fue mi pensamiento.
Me interpuso entre ellos con la sangre baja y con las piernas temblorosas para recibir ese duro golpe, y vaya que dolió.
Mi pómulo se llevo el duro golpe , palpitando y dejando una sensación de escozor. Alec me sujeto de las mejillas y entre dientes hablo; Mataré a tu madre y tu lo veras.
No me dejó reaccionar, me tomo de mi cabello , a mi madre la sujeto del cuello y nos fue conduciendo por el largo pasillo de la residencia que conducía a la entrada principal. Los del personal solo miraban y bajan la mirada sumisos, sin impedir lo que estaba por suceder.
—¿S-Señora?— Linda salió luciendo aterrada, llamándome.
Le abrieron la puerta dos hombres y Alec me arrojo contra el duro suelo lastimando mis rodillas y rasgando mi piel—Sujetenla — Le ordeno a sus hombres. Ellos obedecieron sujetando mis brazos —dobléguenla—Obedientemente lo hicieron , mis rodillas seguían presionando el suelo , me inclinaron de modo que mi mejilla esta vez tocara el pavimento y sujetaron mi nuca y muñecas.
—Pensé que nos llevaríamos bien— Solloce con miedo al escucharlo , y grite cuando la sujeto contra la pared con fuerza azotando su cabecita—Después de tanto tiempo nos convertimos en familia, pero tenías que recordar ese sucio pasado. ¿Crees que puedo perdonar tu ofensa? — Desesperada trate de buscar una salida de esto —Debías mantener tu boca cerrada, pero decidiste hablar y joderlo todo, yo no soy Dios; yo no perdono.
Grite con dolor al ver por última vez como estrellaba su cabeza con la pared , arrebatándole la vida , apagando la luz de sus ojos. —¡Déjala! — Arrojo su cuerpo a lado mío, y me quede estática sin aceptar lo que veía.
Su cráneo…
Sin deja de verla , sentí la presencia de él, colocándose en enfrente de mi— ¿Quieres sus cenizas o prefieres sepultarla?— Se burló y yo llore. No respondí su pregunta, ¿por qué iba hacerlo? Si el ferviente ardor en mi estómago de la rabia no me dejaba— Perfecto— Sus palmas se juntaron— Tiremos su cadáver a la basura.
Y eso fue lo que hizo, su cadáver fue tirado, no pude defender la por qué yo quería seguirla. No quería seguir , no podía. Y pasaron los días con lentitud.
Cualquier objeto filoso o que representará una amenaza para mi vida fue retirado de nuestra habitación , incluyendo los espejos.
—Necesita comer— Linda fue tan suave a la hora de hablar— Necesita ser fuerte— me tomo de mis manos dándome el apoyo emocional que tanto necesitaba— Siempre hay esperanza, mi señora— Negué perdida— Él vendrá por usted — Lo susurro tan despacio que creí no escucharla— Por favor , tiene que ser fuerte y esperar.
¿Esperar? Ya lo perdí todo.
—¿Por qué carajos le ruegas? Lárgate de aquí —Escuche su voz enojada pero no gire a verlo. Una alarma en mi cerebro resonaban con fuerza, indicándome peligro cada que escuchaba a Alec cerca, pero a mi cuerpo y corazón ya no le importaba. Si quería matarme podía hacerlo— ¿Vas a comer? — Como siempre su trato era brusco, me tomaba como si tratarse de una muñeca de trapo—¿vas a comer? — Volvió a repetir, pero no respondí—La comida es valiosa , Annabella, no se puede desperdiciar. Cuando alguien tiene tanta hambre puede comer hasta algo en estafó de descomposición y tu tienes el descaro de rechazar algo tan valioso— Tomó un panqueque y con sus dedos aún en mis mejillas hizo presión para abrir mi boca— No hagas berrinches por tu zorra madre muerta— Lo metió a mi garganta ahogándome— traga— negué con los ojos llorosos. Una de sus cejas negras se arrugó, al parecer creyó que lo estaba retando— Trágalo y no me obligues a meterte los dedos, no te gustará. La cuestión era que mi estómago se cerraba, queriendo expulsar. Cuando el creyó que ya lo había tratado, lo vomite ensuciando su mano con los restos.
—Belcebú — Murmuró. Una vez más me metió la comida en la boca y agregó los restos en su mano aumentando mi asco—Traga—Negué desesperada— ¡Traga! — Cerré los ojos cuando grito— Tu lo quisiste así— Metió sus dedos a mi boca y llevo el alimento a mi garganta— Quería vomitar y ahogarme.