Cuando van por las afueras de la ciudad, Andrés se detiene y los dos se bajan del coche - Bien, aquí hay un lugar desde el que podemos disfrutar de la puesta del sol, justo ahí arriba- dijo el hombre, mientras señalaba el lugar del que hablaba, la mujer siguió a Andrés a la zona apartada, lejos de los sonidos de los motores de la autopista, los dos miran una roca saliente, Andrés se detiene y señala la roca sonriendo, la sonrisa de él fue diferente a la que ella había mirado, fue más suspicaz, como provocativa - ¿ahí arriba? – pregunto la mujer un poco sorprendida, mirando hacia la roca - Si ¡vamos! – exclamo el hombre, mientras el primero subía en la roca, antes de ayudar a la mujer a subir Desde ahí arriba, el sol se presenta en toda su glori