Dioses de Verium (2)

2343 Words
Eran las dos de la madrugada y Alexa seguía dando vueltas en páginas de internet, la mitología de Verium era extensa, doce casas, tres dioses prioritarios y una serie de mitos, dioses y reliquias, encontrar la historia correcta no fue fácil, y cuando la encontró, leyó con mucha atención. Destino era hijo del dios del tiempo y el encargado de elegir las tribulaciones de las almas mortales antes de ser enviadas a la tierra, se le describía como un dios tranquilo, sereno y disciplinado que se apegaba a las reglas, no importaba cuán injustas fueran las tribulaciones, él las hacía cumplir y jamás se vio involucrado en las aventuras o travesuras de los otros dioses, excepto por esa historia. Una mortal fue llevada a la ciudad de cristal para leer los libros y Destino se encariño con ella, para conservarla a su lado la convirtió en una golondrina que pudiera estar por siempre en la ciudad de cristal, pero esa mortal, era la amante de un demonio del inframundo, séptima casa de Verium y para tenerla a su lado, el demonio la llevó a las profundidades del inframundo, desconsolado Destino fue detrás de ella e intercambió su alma por uno de sus ojos. El ojo de Destino era representado como una esfera dorada y de acuerdo al mito, era la única pieza en todo el patio de Verium con la capacidad de ver el futuro, al final de la página había una referencia sobre las ocasiones en las que esa pieza fue vista y el poder que ejercía. ¡Dioses o extraterrestres!, esas eran sus opciones. Su celular sonó, era un mensaje de Cristina y después de verlo Alexa notó que tenía varios mensajes. = Estoy bien = escribió = tuve que salir de prisa, ya era muy tarde y las calles son peligrosas a esta hora = La respuesta llegó casi de inmediato = claro, las calles son muy peligrosas, por eso decidiste irte sola en lugar de esperarnos a nosotras e irnos todas juntas = Alexa maldijo y escribió = de verdad lo siento, estoy muy cansada, iré a dormir, te veo mañana = No podía dormirse, tenía que encontrar una solución o una explicación a lo que acababa de pasarle – de acuerdo – pensó con las manos sobre sus orejas para filtrar los sonidos que venían de la calle – en primer lugar, ¿fue real? Era una pregunta importante, volvió al buscador y escribió el nombre del hotel, el primer resultado era la página oficial y había imágenes de todas las habitaciones, las paredes de color beige, la cama con sábanas blancas, la televisión montada en la pared y el baño con puertas de cristal, exactamente igual a su visión. Buscó los hoteles, restaurantes y salas de cine a los que fue con Logan en el transcurso de un año y cada fotografía encajaba con sus recuerdos. Sí sus visiones eran reales, ¿iba a ser así siempre?, cada vez que conociera a un hombre lo besaría y ¡zas!, toda su relación aparecería frente a sus ojos terminando con el lamentable final y jamás tendría una relación real, solo visiones – es una pesadilla – dijo para sí misma y se dio cuenta de algo extraño, ya fuera en los doce meses de relación con Logan o en las cuatro horas en el hotel, dio muchos besos y nunca se vio a sí misma teniendo visiones, a menos, que funcionara solo una vez. Se levantó de la silla, tomó su celular y escribió de prisa. = Cris, ¿conoces a Logan?, de la facultad de ingeniería, estaba en la fiesta, ¿sabes algo sobre él? = siguió escribiendo. = Lo sabía = respondió Cristina junto con el sticker de un conejo con una lupa = sabía que algo sucedió contigo, por eso te fuiste corriendo = = Por favor, es importante = Cristina respondió con otro sticker y Alexa esperó por varios minutos con el celular en las manos tocando la pantalla cada vez que esta iba a bloquearse, su nerviosismo aumentó y quince minutos después llegó el mensaje. = Es un idiota, una chica me dijo que no me acercara, otra me recomendó usar doble condón, y otra loca me miró de arriba abajo y dijo que no tenía oportunidad con él, estoy tan enojada, ¡qué le pasa a esa perra! = Alexa sonrió, por supuesto que Logan era un idiota, alguien tuvo que drogarla para producirle ese enamoramiento insano, ahora, sobre el desconocido, su nombre era… = y Félix, está en el mismo departamento, tiene un arete en la oreja izquierda y creo que se fue de la fiesta temprano = En la aplicación se veía que Cristina estaba escribiendo y ningún mensaje llegaba, hasta que algo apareció = ¿vas a decirme qué pasó contigo y esos dos? = = Te lo diré después = escribió Alexa y esperó. = Hay más de un Félix en ingeniería, y por lo que me dijeron, amiga, no te enojes, el tipo es gay = Alexa leyó la respuesta muy sorprendida – no se le notó en el hotel – y escribió = debe ser otro, pregunta otra vez = = Oye, me están preguntando sí soy investigador privado o qué, ¿vas a decirme qué está pasando? = No podía = te contaré mañana, lo siento, diviértete = finalizó la conversación con un corazón y se recostó sobre la cama, podía dormir, levantarse temprano, buscar un desconocido en la calle, besarlo, ver su futuro y después volver a besarlo. – ¡Ah! – soltó un gemido y abrazó la almohada esperando que todo fuera una pesadilla. La computadora se quedó prendida y ella se durmió. Al despertar ya eran las diez de la mañana, buscó su celular para jugar un poco y su patrón de desbloqueo fue errado, se talló los ojos recordando que lo cambió en su visión, no en el mundo real y dibujó un rectángulo, al hacerlo los recuerdos de la noche volvieron y ya no pudo jugar. Tenía que besar a otro hombre, dos veces, de preferencia. Logan no era una opción, el tipo era un cretino ignorante y Alexa esperaba que un día se le cayera el pene de tanto usarlo, y Félix quien probablemente era bi, tampoco era una opción, porque lo malinterpretaría y ella no quería eso. En su celular buscó aplicaciones de citas, pero no las instaló, se golpeó la cabeza con el celular y se levantó de la cama para desayunar, bañarse y salir de casa. El empleado de la farmacia que estaba en la esquina era muy barbudo, el hombre que fumaba afuera probablemente tendría aliento a tabaco y los hombres en la parada de autobús eran por lo menos diez años mayores. La noche anterior fue fácil, la mayoría de los hombres en el bar eran estudiantes universitarios que asistieron al taller de relaciones públicas, esa mañana, en un día de octubre con el aire frío y los comercios cerrados porque era domingo, era una historia diferente. Sacó su celular pensando muy seriamente en las aplicaciones de citas y súbitamente, su celular desapareció, lo tenía sostenido con la mano izquierda, acababa de dibujar el patrón de desbloqueo y una sombra pasó corriendo, y lo tomó de su mano – espera – alzó la voz sin poder creerlo. Alexa traía botas de tacón, el ladrón llevaba tenis especiales para correr y llegó al otro lado de la plaza en un abrir y cerrar de ojos. – Maldita sea – exclamó Alexa, ni siquiera pensó en seguir corriendo, de nada servía tener el poder de la premonición sí la maldita cosa no le advertía, ¡van a robarte el celular! – maldición – se sentó en una banca y agachó la cabeza. Mensajes, correo electrónico, redes, aplicaciones de banco, tendría que cambiar contraseñas de todo. No sabía cuánto podía robar un ladrón y deseó que simplemente le quitara la tarjeta y lo regresara a los ajustes de fábrica para revenderlo – soy una tonta. – Disculpa. La voz grave se escuchó muy cerca suyo, Alexa empujó su largo cabello hacia atrás y miró al hombre alto, de cabello oscuro, vestido con una gabardina y una mochila que estaba parado frente a ella sosteniendo un celular. – ¿Es tuyo? Alexa no pudo creerlo, reconoció la cubierta, le dio la vuelta al celular, miró la imagen de escritorio y dibujó su patrón de desbloqueo agarrándolo con las dos manos – sí, es mi celular, ¡cómo! – miró alrededor. El hombre miró hacia un costado – ¡suerte!, trató de robar el mío también, lo derribé y el hombre de los algodones me habló de ti. Alexa se estiró para mirar al hombre que vendía algodones de azúcar – gracias, salvaste mi vida, quiero decir – ella estaba completa, en una pieza, el celular era un objeto reemplazable y se escuchó muy materialista al decir eso – gracias. El desconocido sonrió – lo entiendo, descuida. Había pocos hombres que eran de su gusto, Logan lo era, atrevido, coqueto, con el cabello largo, el tatuaje y la apariencia de quien estaba listo para subir a una motocicleta, Félix era más simple, disciplinado y serio, en el hotel acomodó su ropa en uno de los sillones junto con su cartera, celular y llaves de manera muy ordenada, al menos en su visión, en cuanto al hombre que le devolvió su celular, parecía mayor, usaba un reloj de marca, camisa negra y en general, era bastante atractivo – soy Alexa Robert – se presentó. – Dominick Kilian. Alexa se mordió el labio – de casualidad, ¿eres profesor?, o algo así, pareces un profesionista, pero no usas corbata y luces como un investigador privado o algo así – se sonrojó. Dominick alzó las cejas – trabajo para una galería de arte, pero sí una joven hermosa pregunta, entonces diré que soy un famoso coleccionista de piezas históricas – le guiñó un ojo y lució incluso más atractivo. Sí Alexa perdía esta oportunidad, no encontraría otra, lo vio irse y caminó de prisa para detenerlo – estoy haciendo un estudio social, yo, estoy en la universidad y es un proyecto para la clase de estudios cualitativos y cuantitativos, investigo la respuesta de las personas que besan desconocidos – tuvo muy poco tiempo para inventar una mentira y eso fue lo único que se le ocurrió. Dominick tardó en responder – tienes que besar desconocidos para hacer tu tarea, eso es muy arriesgado. Lo era – no soy solo yo, somos varios en el equipo, y tengo que besar a tres hombres, llevo dos – formó el número con los dedos y se sintió avergonzada – sí no quieres lo entenderé, es una locura, debimos escoger otro tema, pero mi amiga Cristina – pidió perdón mentalmente – ella insistió con este tema y ahora aquí estoy, me falta solo un sujeto de estudio y podré entregar mi reporte – respiró pesadamente – y, ¿qué dices? La expresión de Dominick era muy apacible y tranquila, Alexa no lo imaginó conduciendo una motocicleta, sino sosteniendo un libro en una biblioteca, lo cual le quedaba perfecto, como el héroe trágico de una película de detectives. – Claro – dijo Dominick y ajustó su mochila al hombro – aunque, la verdad soy bastante anticuado, ¿te gustaría comer algo?, antes de hacer tu experimento social. ¡Experimento social!, no ¡estudio social!, Alexa se odió por no ser buena mintiendo y asintió – acepto. – Tengo una reservación, iba a comer con un cliente que me canceló esta mañana. Alexa se mostró interesada – ¿de verdad coleccionas arte? – Te dije que soy anticuado. Alexa empezó a creerlo, guardó su celular en el bolsillo trasero de su pantalón y lo siguió a un edificio del centro, a medida que avanzaban por el recibidor sintió que todo en Dominick era anticuado, el pagar en efectivo en vez de usar tarjeta de crédito, hacer llamadas y no mensajes de texto, o ponerse gafas para leer. – Te divierte mucho mirarme – dijo Dominick ajustando sus gafas. – No es a propósito, tú eres, no puedo describirte – dijo Alexa pensando en lo que vería al besarlo. – Pensarás en algo, espera aquí – entró a una tienda de ropa y volvió pocos minutos después con un gorro – mi abuela decía que hay siempre hay que cubrirnos la cabeza y los pies – le puso el gorro cubriendo su frente y sus orejas – hace frío afuera. Alexa se imaginó llevando a Dominick a casa, sí eso pasaba su madre se divorciaría de su padre para casarse con él – ¿eres real? – ¿No lo parezco? – preguntó Dominick sarcásticamente y tomó la mano de Alexa para presionar su pecho. El latido apresurado era melodioso de una forma impaciente e hizo que Alexa se sintiera más nerviosa. El restaurante tenía una hermosa vista y había pocas personas lo que les daba mucha privacidad, Alexa imaginó que la comida era costosa y lujosa, porque en toda su vida jamás vio un sitio con tanta clase, Dominick era tan perfecto que no podía creerlo, como el hombre ideal que había buscado toda su vida y entusiasmada, estiró su mano para tomar la suya – mi experimento social es muy importante – musitó y lo besó. Se volvía más atrevida con cada experiencia, la primera vez fue Logan quien la besó, en la segunda lo hizo pensando en sus visiones y para esa tercera vez, se lanzó sin pensar en las consecuencias, impaciente por descubrir lo que vería. De las esquinas de sus ojos surgieron pequeñas lágrimas que se deslizaron hacia sus mejillas y su mirada se llenó de pánico, tenía que salir de ese lugar, rápido. Dominick analizó la mirada de Alexa, acarició su barbilla y suspiró – viste o sentiste algo, ¿cierto? – se lamentó – es una pena – susurró y Alexa sintió que su cuerpo perdía fuerza y su consciencia se desvanecía.
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