—¿Por qué tan seria? ¿Acaso te arrepientes ahora, Mía?
—No, no es eso, Estefanía, solo que…
No puedo negar que mis nervios están demasiado alterados y apuesto que no es para nada bueno.
Estaciona el auto frente a su casa y ambas salimos de él. Entrelaza nuestros brazos cuando se percata de que estoy nerviosa para calmarme. Abro la puerta para poder entrar. El rostro de Estefanía, el cual estaba muy sonriente, se enseria. Me vuelvo para ver lo que la dejó tan seria.
—Pero ¡¿qué mierda?!
GABRIEL
Mi cuerpo se congela por completo al escuchar la voz de mi hermana. Es como si ella lo hubiera planeado.
—¡Pero si ya llegaron! —suelta Miranda con sorpresa fingida.
Mía parece no salir del shock y Miranda se burla sin descaro al verla así. Estefanía no dice una sola palabra tampoco, no hasta
