Ragnar
No puedo creer el problema en el que estamos metidos y lo peor es que no hay manera de hablar con Max sobre qué pasó realmente con esa mujer, ahora todos tenemos carta blanca para poder salvarlo, por ahora será una ventaja y ya al momento de pagar deberé negociar para que él no se vea involucrado en nada.
—Max debes calmarte, luego hablaremos de todo lo ocurrido, pero necesito que te calmes, a partir de este momento ella hará hasta lo imposible por estar a solas contigo y bajo ninguna circunstancia puede ocurrir.
—Lo sé perfectamente, por favor no te alejes Ragnar, pase lo que pase no te alejes —siento el terror en su voz, esto es peor de lo que imaginé.
—Mírame, todo va a estar bien, solo quedemos juntos como lo hemos hecho hasta ahora —él me abraza dándome las gracias, pero siento su cuerpo temblar.
Sea lo que sea que ella le hiciera lo dejó marcado y eso no pienso pasarlo por alto, así deba desatar una guerra en este país ella pagará por lo que sea que le hizo.
Nos tomamos fuerte del brazo, logro divisar al otro lado del salón a la persona que buscamos y justamente está con esa mujer, esperamos por varios minutos, pero ella no se le despega, así que debe saber a qué venimos y sabe cómo obtendrá lo que quiere. Me debato sobre qué hacer y sé que Ares está igual que yo, lo peor es que no podemos usar a Sasha para la distracción ya que la pondríamos también en peligro.
—Max debo hacer algo, así que necesito seas honesto conmigo y me ayudes a tomar una decisión.
—No sé qué pasa Ragnar, pero sé que tienes que alejarte, solo hazlo y hagan lo que vinieron a hacer, yo estaré con Sasha.
No me da el cuerpo para hacer esto, sé que no debo, sería mejor salir de aquí y abortar todo, su vida vale más y su actitud tan tajante conmigo no es buena señal.
—Solo hazlo Ragnar no lo pienses tanto, tan solo te pido que por favor no tardes y vuelvas a mí, promételo.
—Te lo prometo Max, quédate junto a Sasha que tardaremos lo menos posible, no se alejen de aquí por favor.
Él solo asiente con la cabeza, Ares nota mi preocupación y se va conmigo hacia nuestro objetivo, tenemos quince minutos antes de que este lugar se vuelva un caos o quizás menos si esa mujer se lo lleva, a medida que nos acercamos ella se despide y se aleja de él.
—Ragnar Wintar, esto sí es una novedad.
—No sabía que conservabas esos gustos tan deplorables, pero dejemos la formalidad para después, sabes a qué hemos venido y sé que ella también.
—Vengan conmigo —doy un último vistazo a Max quien sigue cabizbajo y continuamos nuestro camino.
Al llegar al salón privado me quedo reparándolo en silencio, sin duda se ha sabido conservar con los años, aunque tampoco me extraña considerando el estilo de vida que lleva al ojo público y en las sombras. Con su metro noventa, barbilla partida, cabello castaño oscuro, ojos azules que reflejan su putrefacta alma y un intenso aire de maldad, el cual es reforzado en su cuerpo que, aunque no pareciera, resguarda bajo sus prendas una tonalidad muscular pronunciada. Si no tuviera los gustos tan diabólicos que tiene, estoy segura que estaría dentro de la Orquídea y el poder que posee ayudaría demasiado, pero él no es un hombre al que debas tener como aliado y mucho menos de enemigo.
—Muy bien, tienen cinco minutos, así que traten de convencerme si es que pueden, solo dejaré en claro que sí tengo lo que buscan y que hay un mejor postor.
—Dinos tu precio, estamos dispuestos a pagar la cantidad que solicites.
—No querido Ares a mí ya no me mueve el dinero, tengo suficiente, tengo lujos, placeres, viajes, negocios, dime algo que no tenga para llegar a convencerme.
De esta forma estuvimos perdiendo tiempo entre ofertas, pero nosotros sabíamos lo que en realidad quería y darle eso no sería fácil, no sin provocar un sinfín de consecuencias. El tiempo se agotaba y lo único en lo que pensaba era en Max… Esto dolerá, pero no tengo otra opción, solo espero que él pueda perdonarme.
—Tengo algo mejor de lo que estás pensando.
Saco un sobre del bolsillo de mi vestido y se lo entrego, él lo rasga, al revisar su contenido abre sus ojos tanto como puede y ahora que tengo su atención sé que puedo manejarlo.
—Si esto es una broma Wintar…
—Lo tendrás, pero entonces deberás darnos mucho más de lo que estamos pidiendo, mis condiciones serán claras y equivalentes al valor de lo que te ofrezco, tienes cinco segundos.
Traga saliva fuertemente, se acomoda el traje y luego observa con sonrisa lasciva.
—Ares quédate en la puerta, es hora de que los adultos hablen.
Noto la tensión en el cuerpo de Ares ante las palabras de él, pero por ahora será mejor hacerle creer que tiene el poder. Le hago una leve señal para que se retire, es obvio que no quiere hacerlo, pero sin más opciones en medio, acepta.
—No iré lejos —murmura en lo que deja un leve apretón en mi mano.
—Muy considerado de su parte —comenta socarrón ese infeliz. —Muy bien Wintar, escucho tu oferta.
—Antes que nada, debes saber que esa carta será anulada si Gorsky se acerca a nosotros, pero especialmente…
—A tu novio, lo sé, ya ella me informó de su pequeño deleite, pero ¿qué me exigirás y qué más estarás presta a perder?
Si estaba dispuesta a hacer algo tan arriesgado, entonces debía asegurar el futuro de todos, no solo obtendría la información con la sustancia que quiere Ares, sino que también sacaría el máximo provecho posible para cada uno de los involucrados.
Luego de varios minutos acordando los puntos más relevantes y quedando en vernos lo más pronto posible, él hace una última jugada que le otorgará más de un desvío en el contrato.
—¿Qué dices? ¿Aceptas?
—Wesker, tú y yo sabemos que ella no perdonará la vida de Max y yo no estoy dispuesta a permitir que muera.
—Lo sé, así como también sé que harás hasta lo imposible para encontrarlo y en cuanto lo hagas iré contigo, pero quiero saber si en verdad valdrás la pena —es increíble que este infeliz tenga la maldita sangre tan fría para decir algo como eso.
Camino hacia él con un odio absoluto que no recorría mi piel desde hace años, pero nadie va a pisotearme de esa manera otra vez.
—¿Acaso piensas que las cicatrices que llevo en mi cuerpo aparecieron de la nada? No Wesker, cada una tiene una historia, cada una fue una marca única que veo día a día sin posibilidad alguna de borrar, así que no intentes buscarme un valor cuando sabes perfectamente que has deseado esto desde hace mucho tiempo.
Quedo tan cerca de él que podemos sentir nuestros alientos, ninguno aparta el rostro, ninguno cederá ante el otro.
—Sabes bien que por mucho que te desee no pienso perder mi tiempo en algo que no valga la pena —lo empujo hasta acorralarlo contra la pared, sé que no me teme, pero gusta de las provocaciones.
—En tu puta existencia vuelvas a insultarme de esa forma Wesker porque no pienso pasarlo por alto, tal vez tengas el mayor poder en toda Alemania, pero sabes bien que yo no soy como los Müller, mi alcance es mucho mayor y estaré dispuesta a destruirlo todo si es necesario.
Él coloca su mano en mi cintura cortando agresivamente nuestra distancia, siento la dureza en su pantalón y la respiración en ambos se intensifica, somos dos leones a punto de desgarrar la garganta del otro para quedarse con el trono, pero si hiciste tu tarea, entonces sabrás que son las hembras las verdaderas reinas en la selva y no los leones, ellos son peones, fuertes, pero peones a fin de cuentas.
—Me encanta ver ese fuego en ti, espero que esa llama se mantenga viva hasta el final Wintar.
—Puedo morir ahora mismo Wesker, pero mi llama nunca se extinguirá y mi sola existencia es la prueba de eso, así que si piensas seguir buscándome un valor, entonces déjame decirte que has perdido tu tiempo y esta misma noche Alemania perecerá por mi poder hasta los cimientos.
—Quiero una cosa de ti, una por encima de todas las demás, pero… —hace a un lado un mechón de cabello que cubría mi rostro y deja una suave caricia en mi mejilla reforzando su agarre en mi cintura. —¿Serás capaz de darme lo que en verdad anhelo de ti? ¿Realmente podrás otorgarme ese exquisito manjar?
Lo que mis ojos apreciaron en su faz esos segundos bastó para petrificar mi alma, en este encontré la respuesta a qué era eso que tanto quería de mí, algo que no llegué a considerar nunca, pero ahí estaba él sediento de anhelo por obtenerlo.
¿Realmente sería capaz de darle lo que él más quería de mí?
¿Podía mi cuerpo, mente y alma soportar lo que me esperaría si aceptaba esto?
Acuné mis manos en su rostro, esta batalla de titanes era épica, pero ningún testigo quedaría para contar el destino que habría de padecer en sus manos cuando todo esto comience y él cobre lo que le di en ese sobre. Uní nuestras frentes y cerré mis ojos inundándome de una sola cosa, los abrí nuevamente conectando con sus ensangrentados zafiros azulados y besé sus labios como solo a una persona he llegado a besar, sus manos se dejaron llevar en mi cuerpo embriagándose de cada sensación que le provocaba hasta que finalmente nos separamos. Bastó con ver su semblante para saber que esto era jaque mate, esta partida es mía, aunque el pago será demasiado alto.
—Espero tu llamada para acordar los últimos términos Ragnar Wintar —pronuncia jadeante, excitado.
—Así será.
Salí de ese lugar tomando la mano de Ares rápidamente y regresamos al salón buscando a Sasha y Max, él intentó sacarme una palabra de lo ocurrido sin éxito alguno, puesto que ahora estaba más enfocada en otra cosa, una que me alertó significativamente al revisar el salón ya que ellos no están por ningún lado y tampoco Kathya. Continuamos recorriéndolo hasta que damos con Sasha cerca de los baños llorando y la abordamos, está muy nerviosa hablando incoherencias, pero cuando logra calmarse un poco nos dice que Gorsky la amenazó y se llevó a Max sin decir a dónde, haciendo que ahora busquemos una aguja en un pajar.
—Llévate a Sasha a un lugar seguro, me haré cargo desde aquí.
—Estás loca, no voy a dejarte sola con esa mujer.
—¡Coloca a Sasha a salvo y lejos de todos, luego ve por mí!
Corro rápidamente por el lugar y al llegar a la salida varios hombres comienzan a disparar en mi dirección, veo a Kathya junto a dos hombres que sostienen a Max el cual está drogado, suben a sus camionetas y se van. Salgo detrás de ellos para buscar un auto y perseguirlos hasta que una moto frena frente a mí, él me dice que suba y salimos a toda velocidad.
—Creí que tardarías más.
—Olvídalo preciosa, jamás tardaría si se trata de ti ¿Sabes a dónde van o solo vamos a perseguirlos?
—Esa perra se va al averno y yo seré su verdugo.
—Parece que Berlín arderá esta noche.
Mientras él conduce voy desarmando mi vestido, retiro la parte inferior para ponerla como chaleco y retiro el tacón de los zapatos preparando la navaja que estas resguardan, alisto las armas que tenía guardadas y comienzo a disparar.
Notamos que algunos hombres se asoman en las ventanas respondiendo contra nosotros, pero somos más rápidos, entramos en un fuego cruzado y el caos no se hace esperar en las calles. Por desgracia no podemos obligarlos a tomar una ruta porque es su territorio y lanzar una granada sería arriesgado.
—Rag necesitamos un refuerzo, entre nosotros no será posible.
Más camionetas de Kathya van apareciendo y sus hombres comienzan a dispararnos otra vez, por suerte el chaleco nos cubre a ambos y los cascos son de un material especial.
—Ya envié un mensaje a Ares para que venga por nosotros.
—Tenemos problemas, Gorsky está usando el dominó.
Mierda esto será más complicado, se nota que está enganchada a Max y hará hasta lo imposible para tenerlo en su red.
—No vayas a perderla de vista por nada del mundo.
Vemos las camionetas mezclarse, ambos quedamos pendientes de la principal, pero esa maldita parece dar la orden para tomar otro rumbo, seguimos tras ellos e inesperadamente toman una calle alterna que va en bajada y una punzada se aloja en mi pecho al pensar que ella ha movido a sus hombres haciendo nuevamente el dominó. Al quedar otra vez en nuestro campo de visión confirmo mi teoría, pero también noto que faltan cuatro camionetas, no puede ser ninguna de esas, esa perra lo consiguió y ahora esto será más complicado, solo espero llegar a tiempo.
—Déjalo y volvamos rápido Adler.
—Está bien, avísale a Ares para que prepare todo y revise las cámaras enseguida.
(…)
Max
No sé en dónde estoy, intento abrir mis ojos, pero se sienten pesados, este lugar huele extraño, apenas hay una luz que deja ver unas escaleras y una puerta, lo demás está oscuro, me doy cuenta que no tengo mi ropa, solo mi bóxer y la temperatura es terriblemente fría, me duele respirar.
La puerta se abre dejando entrar mucha luz del otro lado, una persona va ingresando y unos tacones me ponen en alerta, trago fuerte al escuchar ese chasquido con los dedos, mi cuerpo tiembla, es ella, estoy de nuevo en su maldito juego. La última vez pude liberarme gracias a Drak y Luna, pero ellos no están aquí, Ragnar no está aquí y esta vez será peor, lo sé.
—Shhh tranquilo cachorrito, mamá te tratará con amor, solo debes hacer lo que te digo y todo estará bien, seremos muy felices Massimo.
Comienza a tocar mi cuerpo con su helado cuchillo, es justo como terminamos la última vez. Tiemblo aún más y se me dificulta respirar, maldición no quiero estar aquí, no quiero.
—Que empiece el juego.
Ella coloca una sonrisa perversa y doy un grito desgarrador al sentirla dentro de mí rasgando mi piel sin piedad.
(…)
Ares
Ragnar tenía todo el lugar destrozado, no sabíamos qué hacer con ella, estaba en la computadora tratando de localizar a Max con la información que le sacó a Anykka mientras la torturaba hasta desollarla viva. Al menos tenía que servir de algo que fuese la aprendiz de Kathya, no fue tanta la información que le sacamos, pero algo intentábamos hacer para dar con el paradero de Max. Habían pasado algunas horas desde que perdimos el rastro de ellos y en ese tiempo muchas cosas podían pasar.
—Ares necesito hablar contigo —me dice Sasha la cual está en mi casa con Rag.
—Cariño ahora no por favor, ve a descansar, vas a estar bien aquí no te preocupes.
—Por favor Ares quiero hacer algo, por mi culpa ella se lo llevó y creo saber dónde están.
—¿De qué hablas?
—Ella tiene un escondite nuevo, ni siquiera Anykka llegó a conocerlo, pero yo sí ya que ella me llevó para estrenarlo, se encuentra bajo la puerta de Brandeburgo, estoy segura que deben estar en ese lugar.
—Sasha no puede haber errores, sabes las consecuencias mejor que nadie.
—Lo sé y estoy segura de lo que digo, el lugar es horrible, tiene incluso artefactos que no había visto antes.
Me giro para ver a Ragnar quien está alistando todo para salir, envío un mensaje para avisar a dónde iremos y me preparo también con todo el armamento que sea capaz de llevar, no pienso dejarlos solos en esto, Sasha queda en casa y nosotros nos vamos en los autos al lugar que dijo para encontrarnos con los demás.
Al cabo de veinte minutos vamos acercándonos a la puerta de Brandeburgo, hay muchos vehículos acompañándonos, tenemos un ejército completo, pero ninguna certeza de que él siga con vida. Llegamos a la calle principal quedando a cinco kilómetros de la entrada y los guardias de Gorsky salen sorpresivamente para dispararnos sin importarles nada, nosotros también abrimos fuego hasta llegar donde ellos.
Avanzamos entre tres y cuatro kilómetros más cuando escuchamos algunas explosiones que bloquean el paso a la entrada con los vehículos, así que decidimos ir a pie en varios grupos, yo me quedo con Ragnar, mi hermano Adler y el infeliz de Wesker. Al final no pude saber qué le ofreció ella, pero sin duda es algo grande como para atreverse a traicionar a su propia hermana y esposa, esos dos son una maldita aberración.
Kathya y Wesker son hijos de diferentes madres pero criados por el mismo psicópata que tuvieron como padre, ellos son conocidos por la trata de personas, ofrecen los juegos y torturas más sanguinarias sin importarles sexo o edad, si está vivo es suficiente para ellos. Al no encontrar a alguien que les llegara a los talones, se casaron teniendo como hija a Sasha, quien ha sido el juguete personal de Kathya mientras Wesker solo la ve con repudio sin motivo aparente.
—Ares lanza el B4 al oeste —grita mi hermano.
Activo la bomba y apunto según la indicación provocando una explosión que consume rápidamente los cuerpos de todo aquel que estaba en la zona, sus gritos de dolor no se hacen esperar, así como tampoco lo hacemos nosotros logrando llegar al lugar con éxito.
La batalla no ha sido fácil, pero todos vamos con un mismo propósito y si Wesker está aquí no es solo por lo que Ragnar le ofreció, sino porque desea acabar con su hermana Kathya, de esa forma heredará el poder de ella convirtiéndose en la potencia más grande de Alemania entre las mafias.
Logramos encontrar al fin el sótano donde se esconde esa mujer, al derribar la puerta vemos todo el lugar tan nauseabundo y el olor a muerte inunda hasta el último rincón de este sitio, divisamos a Kathya bañada en sangre y a Max desnudo colgando de una cuerda desangrándose.
Es ahora o nunca.