I. ¡Que empiece la cuenta regresiva!

2357 Words
72 HORAS ANTES DEL “GRAN EVENTO”. Después de apagar el despertador, mi vista se fija en mi pequeña habitación llena de póster y polaroid de Jayden O´Donel, mi amor platónico... Con su hermoso cabello rubio, tez pálida decorada con pecas y lunares, un ojo café chocolate y el otro azul, esa heterocromia que lo hacía ver tan excitante y su nariz chata y perfilada, labios gruesos y al igual que los de su hermano en forma de corazón. Yo amaba a Jayden en silencio, aunque se que es soñar con algo imposible. Jayden Te quiero, te amo y te adoro, y no te olvido porque no puedo. Caminar cogido de tu mano es un sueño. El sentir que en algun momento me miraras como yo lo hago... incrementa mi amor por ti. Creo que mi obsesión había disminuido muchísimo, y aún más cuando lo veía día a día y me trataba como si fuera cualquier cosa. Él en la vida real, es alto, con porte elegante… aunque normalmente se viste de ropa casual, con su cabello rubio y algo ondulado revuelto, muchas veces lo he visto sin camisa y esta para comérselo con los dedos, además de su hermoso culo… Cada vez que “sin querer” mi vista se fija en su apetitoso culo, ¡y vaya que me quita el aliento! Él es tan demandante, que con solo una mirada te tenía arrodillada con la boca abierta, ¿o solo era yo?, al igual él y yo nunca hemos compartido una mirada por más de un segundo, sin que yo termine sonrojada y mirando al suelo. Cuando salgo de casa, cierro la puerta de mi casa y salgo corriendo con una tostada en la boca mientras miraba la hora en el reloj de mano, en cualquier momento iba a caer profundamente dormida en cualquier lado a causa de que mi jefesito me tenía trabajando en un proyecto. A pesar de que me había levantado a tiempo, al momento de desayunar se me fue un poco el tiempo y ahora estaba a punto de perder el bus. Cuando llego a la parada de bus, y el bus esta a punto de llegar corro para tomarlo y por suerte lo hago. Y cuando llego a la empresa de entretenimiento, donde el Ceo principal de esta, era ni más ni menos que Jayden O´Donel. La rutina siempre era la misma, pedir un frapucchino para Jayden, tomar los papeles que me entregasen cualquier persona que llegase a necesitar alguna firma o algo para hacérselo llegar. —Hola, buenos días Isla —me saludo mi amiga Rachel detrás de mí en la fila, ella como siempre está elegante mostrando su hermoso cuerpo, mientras yo… soy solo yo. —Buenos días. —Como siempre estas aquí te traje los documentos para la exportación del nuevo libro del señor O´Donel. —Rachel me da unos papeles los cuales de milagro no termino en el suelo de lo pesado que están. —Está bien… —asiento agachando mi cabeza de forma tímida. —Hablando del rey del mundo… —exclama Rachel señalando con su barbilla a un lugar y cuando volteo a ver mi vista se topa con Jayden quien acaba de llegar a la empresa. Él verlo, a pesar de que llevase tanto tiempo aquí todavía consigue dejarme perpleja y sin aliento. —Nos vemos. Y como siempre tomo el frapucchino y corro hacía él. —Buenos días, joven O´Donel. —lo saludo dándole en frapucchino. —Quiero que tengas la mierda de papeles que tengas en las manos arreglados para hoy, contacta al sastre y pregúntale si el traje está listo, necesito que contactes al periodista encargado de la entrevista y que pautes una cita de acuerdo a mi agenda. Contacta a Allison y dile que la quiero en el hotel a las 8:00 en punto, si no esta que se olvide. —Entendido señor… ¿Algo más? —aclaro mi garganta cautelosa. Allison, Vanessa… Meredith. Ya había perdido la cuenta de las calienta camas de Jayden. Al principio me había dolido tanto verlo con tantas chicas… hasta se podría decir que hasta me puse algo celosa por eso. Fue en aquel momento, cuando el destino me decía "deja de ser una tonta, deja de ilusionarte", pero en vez de eso me gustaba más y más... pero al mismo tiempo lo nuestro seria imposible. Creo que mi almohada debe estar harta de tantos anhelos y deseos sobre ti. Para mí, tú eres todo lo que siempre soñé... Es triste pensar que lo nuestro no puede ser, quisiera sacarte de mi corazón, pero eso es imposible porque te amo como no tienes idea.—Dile al imbécil de Leandro que lo quiero en mi oficina, para ya. —Ahora mismo. Y es en ese momento donde salgo corriendo hasta llegar al ascensor y subir al piso 8. Al llegar al piso, como todo en mi vida, salgo corriendo y después de tocar la puerta para evitar ver otra vez… su pene… como la última vez. —Pase. —escucho su voz detrás de la puerta. —Buenos días señor, lo busca el joven O´Donel con suma urgencia. —Ya empezó a molestar… ¡Dile que esta vez no conseguirá evadirme de ir a aquella fiesta!  —¿Fiesta? —pregunto confundida, ¿de qué fiesta habla? —La que organizo Khelina Difore. —¿Para asistir a esa fiesta hay que ir con invitación? —pregunte ansiosa… —Si, ¿por qué? ¿quieres ir? —Oh, no… —digo intentando evadir el tema cruzándome de brazos—, Me mando también a preguntar el joven O´Donel… quiere llevar a alguna de sus amigas. —Sabía que iba a salir con alguna de sus estupideces. —espeta molesto alejando su silla del escritorio y sacando un hermoso sobre de color rojo con textura. —Gracias, se la haré llegar. No puede ser, no es posible que esté pensando en ir a aquella fiesta. ♥♥♥ —¡¿A caso te volviste loca?! —me pregunta Rachel cuando le conté mi plan, grito tan fuerte llamando la atención de todos—, Esa es una fiesta de riquillos, ¿acaso tienes un vestido caro? —Tengo mis ahorros de toda la vida —le comento apoyando mi mano sobre la mesa. —Ahora sí que te volviste loca, ¡Isla! ¡eso es una locura! ¿Estás haciendo todo eso por el idiota de Jayden? Ya supéralo. —me regaña. —¡No es tan fácil! —le recrimino—, Quiero que me note… —Por favor Isla, llevas trabajando aquí desde hace dos años, ¡DOS AÑOS!, a duras penas sabe tu nombre, ¿acaso espera un milagro? Suspiro de forma pesada mientras le doy un sorbo a mi coca-cola, —No sé, quiero sentirme bonita por primera vez. —¡Eres bonita! —Ni tanto, no soy igual a las chicas de la televisión —me lamento con la mirada fija en otro lado—, Si fuera bonita, Jayden no solo sabría mi nombre. —Amiga, ¡ya deja ese tema!  Como sea. 24 HORAS ANTES DEL “GRAN EVENTO”. Unas horas después, cuando salgo de trabajar camino hacía el centro junto a Rachel quien refunfuñando había aceptado acompañarme a comprar la vestimenta del día de mañana. A decir verdad, hoy sí que me encontraba nerviosa, y aun más entrando a aquellas tiendas que en la vida pensé entrar por falta de dinero… Obviamente sin tocar mis ahorros. —Mira esta vestido ¡está hermoso! —exclama Rachel tocando un vestido hermoso, pero mis ojos ya habían captado la atención de un vestido rojo cereza. —Este es un nuevo diseño, estuvo en la Fashion Week, como puede ver es un vestido rojo cereza, con corpiño drapeado asimétrico, fajín y abertura en el muslo. —me explica una chica que trabaja en aquella boutique. —Es bellísimo… ¿Cuánto cuesta? —1.000 dólares. —¡¿Cuánto?! —1.000 dólares —repitió. —¿Y no hacen descuento? —Le preguntaré al gerente, un momento por favor. —me dice confundida caminando hacía el mostrador y marcándole a alguien. Unos minutos después puedo ver como un hombre alto, de porte elegante entra a la boutique. —Buenas tardes señorita, soy Andrew Lander, el gerente principal… ¿Le puedo ayudar en algo? —Este vestido es realmente hermoso, me gustaría comprarlo… pero creo que puedo ganarme una rebaja al posar con este en el gran evento que se llevara a cabo con la gran magnate del maquillaje Khelina Difore. —¿Usted esta invitada? —Si, junto a Jayden O´Donel. —susurro intentando mostrarme segura de mi misma. —Que le parece 800 dólares. —Que sean 750 —en ese momento me quite las gafas y solté mi coleta dejando caer mi cabello largo rojizo. —A-Acepto. Después de pagar, con el corazón en la mano por haber pagado tanto dinero... salimos de aquella tienda y decido entrar a Victoria Secret para dejar atrás por una noche mis pantis de dibujitos animados. ¡Sé que estoy muy grande para ese tipo de ropa interior, pero me gusta mucho! ¡No me juzguen! —¡Mira este! —murmura mostrándome sin pudor una tanga Rachel a lo cual me sonrojo e intento arrebatársela—, ¡A nadie le importa si lo estoy mostrando! —Eso no Rachel, ¡se ve super incomodo! —Nena, esto es mucho mejor que saber que el día de mañana alguien te va a quitar ese sexi vestido, y se va a encontrar con tus pantis de ¡la princesita Sofía! ¿te imaginas que Jayden vea eso? —Pensándolo bien… sería vergonzoso ver a mi hermoso Jayden, mirándome mientras tengo pantis de la princesita Sofía o de cualquier otra cosa. —Tienes razón.  Para ese momento busco alguna ropa interior que fácilmente podría pasar como lencería, otra con tela normal y otra en forma de cachetero con diferentes tipos de tela, quien Rachel a fuerza quería que comprara para que según ella “mi ropa interior fuera acorde a mi edad” —¡No te olvides de comprar lociones, splash y cremas! —Pero yo ya tengo… —me quejo cuando veo que mi bolsillo me empezó a doler. —Solo tienes dos, uno no te dará para oler rico porque…. ¡Está a punto de acabarse! y no creo que quieras oler a lo que siempre hueles, la idea es que no te reconozcan ¿o no? Además, olerás a loción barata en ese caso. —Te odio… ¡Tienes razón! —en ese momento mi nariz empieza a oler todo tipo de producto para después pasar a comprar. Todas las lociones, cremas y splash eran dulces… como vainilla, coco, chocolate… —¿Qué sigue ahora? —Comprar lentes de contacto y el maquillaje. Lo de los lentes de contacto fue muy fácil a decir verdad, desde que tengas dinero a la mano todo se puede. Lo difícil vino cuando estuvimos entrando a diferentes tiendas de cosméticos. —¿Este es mi todo? —le digo a Rachel untándome una base líquida en el cuello. —A ver… —Rachel se acerca y mira la zona donde me unte aquella base—, ¡Si! con este polvo —toma un polvo que está en una cajita—, ¡llevemos todo tipo de sombras! —Mi dinero es limitado Rachel. —No seas tonta, tengo una tarjeta de regalo en esta tienda, te la regalo. —¡Ahora mismo te amo mucho! Después de comprar base, polvo, serum, cosas para el cuidado de la piel (que jamás creí comprar), primer, etc. Salimos de la tienda de cosméticos para comprar la cena. Nos decantamos por hamburguesas de Burger King, quien gracias al cielo Rachel invito. —Yo ire a ayudarte a cambiarte y maquillarte, no te preocupes. Hoy te tienes que poner la crema nocturna y te la quitas mañana, y horas antes de la fiesta ponte la mascarilla para que te desinflame el rostro. —Okey, ¡Gracias Rachel! —¡De nada! 5 Horas antes del “Gran evento”. El día de hoy había salido más temprano, más de lo normal. Había hecho al pie de la letra la recomendación que me había dado Rachel. Ahora mismo me encontraba siendo peinada por mi amiga, quien también me maquillaría y me ayudaría a vestirme. Me sentía tan extraña al verme frente al espejo con aquella ropa interior de color negro, de tela de encaje y algunas tiras. Jamás creí que iba a decir esto, pero… ¡Me veo muy sexi! Al momento, cuando llego Rachel, lo primero me maquillo con tonos tierra y labios rojos, en mi cabello me hizo una trenza y en la parte inferior de este, ondas muy definidas. Y por último, el vestido…  Al momento de verme al espejo, fue como ver a alguien que no conocía… Estaba tan hermosa. —¡Uau! no sé si yo hago magia o es que por fin estás resaltando tu belleza oculta… —¿Debería ir? —pregunto muerta de miedo… ¡Que cosa se supone que estoy esperando que me pase! ¡debo de estar loca de remate! —No señora, ya no hay vuelta atrás, te gastaste miles de dólares… solo ve. —Tendría que ir en taxi, mientras todos ellos llegan en sus mercedes… carros deportivos… —me quejo. —Al menos no llegarás a pie o en bicicleta. —exclama en un tono divertido Rachel subiendo sus hombros. —¡No ayudas! —Pues no sé… pide un Uber. —Oh, puedo llegar después… tú me puedes llevar en tu auto. —Si, ¡no hay problema!
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