la mas grande tristeza de mi vida

2748 Words
PRESENTE - ¿Qué quiere princesa, no durmió bien la niña bonita?, levántate floja, a las duchas, después al comedor, ¡muévelo! - me grita la guardiana tras los barrotes. Solo puedo mirarla de reojo, cada uno de los días que llevo aquí me pregunto por qué fui tan crédula e ingenua y creer en Philipe, mejor lo hubiera matado cuando Mr. King, me lo pido, ahora entiendo porque lo quería muerto. Me levanto de la litera y me dirijo a ese pútrido baño de la cárcel, esta soledad me ha hecho recordar a mi hermosa familia, a mi incondicional amiga y la tristeza me invade aun más… me devuelvo a esos días donde la tristeza transformo totalmente mi corazón, no puedo olvidar esos días. Flashback -Esta mañana no vino mi madre a levantarme, estará pensando que no voy a volver a la escuela porque estoy calva, ya era fea, ya que iba a cambiar, me levanto de la cama de un salto y salgo hacia la cocina. -mami, mami ¿dónde estás? -Hola hijita, necesito hablar contigo, ya iba hacia tu cuarto- dice Mariela mientras mira a su hija con cara triste - ¿Pasa algo mami? ¿Dónde esta papa, el siempre me lleva a la escuela, ¿le paso algo? -No, amor tu papa esta bien, fe a llevar a tu hermana a sus prácticas, he hablado con él y necesito decirte algo, respecto a lo que te paso ayer. -Mami, yo estoy bien, perfecta, volveré a esa escuela, no pienso dejar sola a la pobre Katty, ella la está pasando mal. -Hija, ya tomamos la decisión con tu padre de irnos de la ciudad, el obtuvo un nuevo empleo y pienso que es una buena oportunidad para todos hacer este cambio de vida, ya hablamos en tu escuela, mañana nos dan el traslado a la nueva ciudad, y pues allí entraras a estudiar. -¿Qué mama?, por su puesto que no, no pienso abandonar a Katty, ella es otra hermana para mi ¿Cómo te puedes ir sin pensar en ella, si la has cuidado desde que estaba muy pequeña?, no mama no podemos hacerle esto, me rehusó, no me voy con ustedes. -Lizzie, lo lamento, vete a despedir de Katty, ella podrá ir a pasar vacaciones a nuestra casa, hablaremos con su madre a ver si la deja vivir con nosotros el próximo año, pero ahora no podremos hacernos cargo de ella. -No, no mamita, no por favor, ella va a sufrir mucho, tu sabes que su madre no la puede cuidar bien, ella solo me tiene a mí, a nosotros, no mama por favor- le suplico a mi madre de rodillas llorando- hago lo que quieras, no me alejes de la única persona que me quiere por favor. -Hijita no hagas esto más difícil, además no podemos seguir exponiéndote a mas maltrato, mira como te dejaron esos infelices, yo quiero que seas feliz. -Mama lo soy, no por favor, no me hagas esto, pobrecita, noo mama no por favor. -Lo siento Lizzie, tiene soy para despedirte mañana nos vamos, en dos días viene el camión por la mudanza, vienes organizas tus cosas básicas, lo siento amor. Me quede llorando sin consuelo, Katty era lo único que tenía, la consideraba mi gemela, una parte de mí, no se como se iba poner con la noticia, así que salí corriendo a su casa ni siquiera me quite la pijama, solo quería aprovechar los últimos momentos a su lado. Golpe fuerte su puerta, sabía que estaba allí, mi padre también la lleva a ella a la escuela. -Que, ahora vas en pijama a la escuela y tumbas puertas, ¡Que ha pasado? Se hizo tarde- dice Katty con enfado -Escúchame tenemos que hablar, ha pasado algo que va a cambiar nuestras vidas. - ¿Por qué estas llorando Lizzie, que paso? -Mis padres me van a llevar a otra ciudad, a mi padre le dieron un nuevo trabajo y nos vamos mañana mismo, además lo que paso ayer sirvió para que el confirmara su decisión, me quiero morir, no te quiero dejar sola. -No me digas eso, como así, no me dejes amiga por favor- Se sienta Katty a llorar cogiéndose la cabeza- eres lo único que tengo. -Nena, no te voy a dejar, voy a volver por ti te lo prometo, te lo juro, se fuerte mientras estes sola, no permitas que te hagan daño de nuevo, todos los que nos han lastimado me las van a pagar te lo juro, te juro que vendré por ti.- abrazo a mi amiga que no tiene consuelo con mi mala noticia. Pasamos todo el día juntas, hasta que mi madre llama a su teléfono y regreso a mi hogar a alistar mis cosas, mi vida estaba rota y sin sentido. Alisto mis cosas más importantes, mi hermana estaba totalmente feliz con la mudanza, allá había mejores oportunidades de empleo para ella, así que la única infeliz era yo. Esa noche no pude dormir, de ahí empezó mi insomnio severo, jamás pude volver a dormir. -Buenos días princesas, llego la hora del viaje, vámonos- grita mi padre por toda la casa emocionado -ok, papa ya te escuchamos, dame cinco minutos acabo de organizar mis cosas, ya voy, ya voy. - respondo con desgano Durante todo el viaje guarde silencio, solo las lagrimas rodaban por mi mejilla, no sabia que iba a pasar con mi pobre amiga y esos bribones, pero estaba segura de que iba a volver por ella, la iba a salvar de la maldad de este mundo, yo la iba a proteger hasta que encontrara su príncipe azul. Llegamos a la nueva ciudad, era muy bonita, colorida y algo clásica, pero aun así me parecía llamativa, sus casas eran unicolor, todas blanca por lo general, y tenían techos en tejas uniformes, sus calles eran como una especie de lomas, y la gente se vestía muy abrigada, hacia realmente mucho frio, eso me iba a ayudar a ocultar mi sobrepeso y mi tonta calvicie por el pegamento que me había echado Antony, así que al menos algo positivo. Nuestra casa era preciosa mis padres siempre habían conservado un instinto familiar y lo reflejaban en todo lo que hacían y compraban, aquí íbamos a pagar alquiler mientras mi padre vendía la antigua casa y comprábamos una nueva aquí, todo había sido tan repentino, pero el trabajo de mi padre así o exigía, y aquí iba a ganar mucho más, mi familia necesitaba un respiro Faltaban pocos días para cumplir mis quince años, no estaba emocionada mis únicos amigos estaban lejos de mí, y aquí no había logrado hacer ni uno, todos me miraban con desprecio, como si fuera un bicho raro, y por supuesto de nuevo me convertí en el conejillo de otro hombre, Maurice, un joven de unos diecisiete años, desde que me vio en el salón de clases no hacia mas que burlarse de mi -Pero que tenemos aquí, la nueva gordita del salón, ¿cómo te llamas?, cerdita o vaquita- dice Maurice mientras se burlaba de mi, todos a su alrededor solo lo alababan por su ofensa. -Pues ya ves que ni lo uno ni lo otro mi nombre es Liz, y tu quien eres ¿el bobalicón del curso? - lo mire despectiva -Ah pero que agresiva eres, jaja vamos a ver que va a pasar durante este tiempo te aseguro que la vamos a pasar bien, porque no te voy a dejar en paz, vas a lamentar haber nacido. - ¡Pues no te tengo miedo!, le dije a Maurice mirándole frente a frente. En ese momento llego el licenciado de la clase y tuvo que dejarme en paz, me hizo acordar de mis dos anteriores verdugos, como los odiaba. Y aquí pintaba que iba a ser peor. Al terminar el día, efectivamente Maurice me hizo zancadilla y caí delante de todos los del salón, ellos solo se burlaban de mi, quise llorar pero no iba a darle ese gusto, llorar es de cobardes, así que me puse en pie y me arregle la ropa. - ¿Estas bien? - escucho la voz de un joven que me ayuda a ponerme en pie -Si, si lo estoy suéltame -Solo pretendo ayudar- contesta el joven -No hace falta, yo puedo sola. -Eres nueva verdad, mucho gusto, me llamo Ferdinand Galván, ¿Tu eres? -Me llamo Lizzie Brings, ok dime solo Liz, un gusto Ese día me fui caminando hasta mi casa junto con Ferdinand, era un joven de diecisiete años al igual que Maurice, pero el si era guapo y atento, tenia unos ojos negros preciosos, usaba una camisa a cuadros roja, y unos jeans que le ajustaban su figura, muy seguramente me había hablado por lastima, hablamos de todo un poco, en resumidas cuentas, algo de cada una de nuestras aburridas vidas, el era hijo de una prestante familia de la ciudad, pero le gustaba ser sencillo. Hablamos toda la tarde, no me di cuenta la hora así que Sali corriendo a mi nueva casa. -Pero que son estas horas de llegar Lizzie Brings- Grita mi madre hecha una furia- me preocupé por ti, pensé que algo malo te había pasado, tu padre ya fue a la policía. -Mama pero que exagerados me quedé hablando con un amigo que conocí en la escuela en el parque no me di cuenta la hora, por favor, deja el drama Llega mi padre con un policía a la casa. -Hija donde estabas por amor a Dios, ¿estas bien? - dice mi padre -Por su puesto papa, que raro quisiera raptar una mujer como yo, sonrió de manera irónica y me voy a mi cuarto, estaba pensando mucho a Ferdinand. Aunque seguía muy mal por Katty, ella no tenía teléfono en su casa y yo no había podido darle el nuevo mío, así que habíamos quedado incomunicadas. Decido escribir en mi diario todo lo que había vivido hoy, y añado a Maurice a mi lista negra, quiero ver como ese animal me hace la vida imposible. PRESENTE Salgo de esa ducha y me organizo, en la cárcel hay que usar unos uniformes grandes y horribles, me dieron una talla mas grande a mi cuerpo y acomodarme a ellos es bastante difícil, al menos aquí me conocen como Lizzie knife, había cambiado mi apellido por un apodo que en su tiempo mi gran amiga Katty me había puesto, así que ninguna se atrevía a meterse conmigo, a todas les había llegado el rumor de que yo era una asesina muy peligrosa, inclusive decían de mi que le sacaba los sesos a mis victimas y que los freía y los servía con verduras para la cena. Me encantaban esas leyendas de mí, todas me respetaban, me hablaban como si fuera un ser superior, aunque era eso, solo leyendas, si era asesina, pero con glamur, con esencia, como me lo habían enseñado en la escuela de leyes de donde me gradué de abogada y aunque yo misma era mi defensa sabía que de allí no iba a salir nunca, tenia una condena eterna, eran tantos los muertos a mis espaldas, que no había un numero de años de cárcel para pagarlos a todos, pero no me arrepiento de ninguno, solo me dedique a matar hombres malos, adefesios que no debían pertenecer a este mundo. Me senté a desayunar y esa comida estaba horrible, eso me hizo recordar el ultimo día que comí algo saludable y delicioso, fue hecho por mi madre. FLASHBACK Mi cumpleaños numero quince estaba muy cerca, estaba aun muy triste porque Katty no estaba conmigo, pero Ferdinand se había vuelto mi compañero inseparable, y aunque él quería algo mas conmigo cosa que me sorprendía, yo solo podía verlo como un amigo, el era demasiado especial, me ayudaba con todo, me invitaba a salir, a cenar, me llevaba de la mano y lo mejor me defendía de Maurice que en un par de ocasiones lo había golpeado por defenderme. Se llego el día de mi cumpleaños, no estaba emocionada, pero no conocía el mar, así que mi familia había decidido irnos de viaje para una playa a unas ocho horas de la ciudad, la noche anterior al día de mi cumple saldríamos en auto, así que mi padre lego de trabajar y nos recogió. Mi hermana mi madre y yo estábamos muy felices, uno de nuestros sueños era ir al mar y por mis quince lo estábamos celebrando, sabia que era un gran esfuerzo para mis padres, acababan de pagar la casa nueva y ahora el dinero era algo que hacia falta de verdad. -Bueno hijitas, vamos a cenar primero en casa, les prepare algo delicioso, una carne con verduras y un rico pure, pasen a la mesa que nos vamos- dice mi madre. -Gracias mamita, me encanta tu comida, eres la mejor- le respondo como sintiendo que fuera la ultima cena que iba a comer de sus manos. -Ay pero que cariñosa, eres muy linda hija, te amo- responde Mariela -y yo a ti mamita. Comimos a gusto como era costumbre en la mesa del comedor, dimos las gracias por los alimentos, dejamos todo listo en casa y nos fuimos, papa debía conducir toda la noche, pero ya lo había hecho un par de veces, así que no había problema. Empezamos nuestro viaje, recorriendo las carreteras oscuras, ya íbamos por la mitad del camino, Carolain y yo íbamos en los puestos de atrás, mientras que mis padres adelante, mi madre mi hermana y yo nos quedamos dormidas. No se cuánto paso. Me levanto aturdida por un enorme dolor, abro los ojos y miro hacia mi lado, mi hermana estaba inconsciente, su cabeza estaba llena de sangre, comienzo a gritar desesperada, yo solo tenía heridas superficiales. -Carolain, despierta hermana, Dios que ha pasado, despierta bonita. -Mami, papi, ¿Dónde están?, papitos, empiezo a pedir ayuda desesperada en la carretera, voy hacia la parte delantera del auto. Mi padre se había quedado dormido y había perdido el control del auto y había chocado con un árbol gigante al salirse de la carretera, no pude creer lo que estaba viendo, la parte de adelante del auto estaba totalmente aplastada, ni siquiera podía ver como estaban ellos. Sali como pude a la orilla de la carretera y comencé a pedir ayuda, por fortuna un par de autos pasaron y tenían un teléfono celular y llamaron a una ambulancia, volví al sitio del accidente, mi herma estaba despierta, pero no sabia quien era, estaba muy herida. Yo solo me cogía la cabeza y lloraba desesperada, era mi cumpleaños no podía creer lo que estaba pasando, un buen tiempo después llegaron muchas ambulancias, iniciaron el rescate de mis padres, y ahí fue cuando morí en vida, los paramédicos confirmaron que ambos estaban muertos y que no había nada que hacer. -No, por favor mis padres NO , ellos no , no no no, empecé a gritar como una loca, los que estaba ayudando intentaban calmarme, me quería morir con ellos, pero mi hermana aun estaba viva , así que nos llevaron al hospital. Yo solo tenia un par de costillas rotas, mi hermana estaba muy mal y fue internada en cuidados intensivos, yo no tenia donde ir ni con quien hablar, ya estábamos lejos de nuestra ciudad de origen así que todo estaba peor. Espere al día siguiente me dieron salida, tenia que actuar como una adulta responsable, mis padres no tenían familia conocida, ambos eran huérfanos y se habían enamorado en un orfanato, así que ahora era yo sola contra el mundo y no sabía qué hacer. La tristeza invadía mi alma, quería morirme con ellos, o estar en el puesto de mi hermana mayor, ella si supiese que hacer. Me sentía sola, desanimada, era solo una niña, no tenia a mi Katty, no tenía a nadie, no tenía nada. -Señorita, ¿Usted es la hija de Mariela y Edrian Brings?- se acerca un oficial de policía preguntándome -Si, soy yo- respondo -Acompáñeme por favor, al no encontrar un familiar directo debe ir a un hogar temporal. -como así, no, yo tengo mi hermana, cuando se recupere viviré con ella, tenemos una casa, mis padres tuvieron que dejarnos algo, oficial no por favor. -Son ordenes señorita -Debo ir a mi casa en la ciudad y recoger mis cosas. -Si, una oficial ira con usted, no se preocupe todo estará bien. El día mi cumpleaños numero quince mi vida cambio.
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