Brigitte Al llegar a Marrakech comenzó la odisea. Estaba disfrutando y descansando junto a mis amigas pero me la pasaba con el móvil en la mano, mandándole mensajes a Antoine para saber del niño… lo extrañaba y mucho. Antoine me lo ponía al móvil cada vez que hacía un ruidito, decía que me llamaba y mi corazón saltaba de emoción solo de escucharlo como era con su hijo y de saber que está disfrutando a pleno del bebe y que es feliz. Salimos en muchas revistas con las chicas, lo bueno era que en esta ocasión eran colegas de Camile, periodistas serios y no los amarillistas que solían seguirnos para preguntarnos bobadas. ¿También habías pensado en eso y por eso tu insistencia en venir? Hubo más cosas que me pusieron feliz por esos días… Yo era una convencida de que mi papá, que estaba muy