A la mañana siguiente me quedé con papá, mientras Antoine acompañó a Sophie al aeropuerto. Debo confesar que a pesar de mi situación física del momento, fue el mejor día de mi vida: había recuperado mi alma y mi corazón al volver a estar junto al hombre que amo, y ahora, por primera vez en mi vida, mi padre era capaz de hablar de esas cosas que normalmente no hablaba, pensando erróneamente que si las callaba, no sucederían. Calvin – Hija (tomando mi mano)... Te quiero pedir disculpas por alejarte de Antoine (mirando al suelo)… Brii – No, papá… (Acariciando sus mejillas)… no fuiste tú, yo tendría que haberle dicho todo desde el principio. Calvin – No, hija... si yo hubiera sido un padre normal, no hubiera sido necesário eso. Brii – Jajajaja ¡¡¡tu eres un padre normal!!! Calvin – No,