Sarah Valya Nunca en toda mi vida me había sentido tan bien, ser aceptada sin importar mi linaje es tan pacífico. La familia de Kalen es todo un amor, sonrisa y alegría, me hace recordar a mi madre con sus chistes, suspiro con cierta nostalgia. —¿Qué ocurre? —interroga Kalen mirándome con curiosidad, nos encontramos ingresando a su aposento. —Estaba pensando en mi madre —susurro con honestidad, él me mira intrigado—, nos sentábamos algunas noches con mi padre a conversar sobre temas triviales como estos —le digo a lo que este hace una mueca. —Donde sea que este, se debe sentir orgullosa de ti —eso me reconforta bastante, Kalen ingresa al closet y dura varios minutos allí antes de salir con un pantalón de chándal que cuelga muy bien en sus caderas dejando a la vista ese tonificado torso