Perfecta Ex Esposa

Una palma golpea la mejilla de Olivia con mucha fuerza. Ella se hace para atrás unos pasos debido al impacto que la toma por sorpresa. Se tambalea mientras trata de tomarse del barandal de metal. Su única preocupación ahora es su hijo en su vientre y lo que pueda ocurrirle en caso de caer al agua. Nunca aprendió a nadar a pesar de haber nacido en una ciudad costera y justo ahora se arrepiente enormemente por no haber tomado las clases que su madre siempre le ofreció cuando era más joven. —¡Eres una maldita! —La voz de su hermana Isabella, retumba en su cabeza. Todo el arrepentimiento que ella le había dicho sentir, es totalmente falso, y ahora se da cuenta de ello. —¡¿Cómo pudiste quedar embarazada de Enzo?! Lo hiciste apropósito, porque sabes que él a quien ama es a mí. Lo hiciste para herirme y apartarme de su lado, pero no te funcionará, Olivia Jones. Él y yo nos casaremos, quieras aceptarlo o no. Seremos muy felices. Olivia no es capaz aún de asimilar lo dicho por su hermana cuando ve a su madrastra saliendo de la cabina del yate y dirigirse hasta la proa donde ellas se encuentran. Ni siquiera se dio cuenta de que Giulia estaba en el yate cuando zarparon, ahora se encuentra llena de miedo por lo que estas dos malas mujeres sean capaces de hacer en su contra y en un lugar tan lejos de la playa. Giulia toma una barra de hierro y camina con ella en sus manos, mirando de manera amenazante a Olivia. —¿Creíste que te íbamos a permitir quedarte con todo? —Pregunta la mujer con una sonrisa macabra extendiéndose por su rostro. —No eres tan importante, Olivia, ni ese niño que llevas es tu vientre. No eres más que una inútil al igual que tu madre y mereces una muerte acorde igual que ella. —Ni siquiera tenemos la certeza que esa barriga sea realmente de Enzo o de uno de tus compañeros de universidad con quienes follas cada vez que te da la gana —Agrega su hermana a lo dicho por su madre. —Este niño es de Enzo. ¡Lo juro! —La voz de Olivia tiembla. Las lágrimas fluyen por sus mejillas como si tuvieran vida propia, su vista se nubla y sus oídos aún zumban debido a la cacheada. Ella no puede creer que haya sido tan tonta para caer en el juego de estas dos. Siempre fue muy ingenua y soñadora, pero jamás se le hubiera pasado por la cabeza el plan macabro que ellas tenían en su contra. —Ya no serás un obstáculo en la vida de mi hija, Olivia, ni en la de nadie. Será un placer enviarte al infierno junto con tu madre. El corazón de Olivia se hace añicos en el momento en el que oye sobre la muerte de su madre. Siempre creyó que su muerte fue muy extraña, pero nunca tuvo pruebas suficientes para asegurar que haya sido asesinada. Ahora no le cabe la menor duda de que Giulia tuvo algo que ver. La sonrisa de su madrastra es lo último que consigue ver la joven antes de que aquel objeto pesado caiga con fuerza sobre su cabeza. Hace apenas un día, su padre la había convencido de venir de vacaciones en familia. Era el momento perfecto, según él, de limar viejas asperezas con su hermana. Ella creyó también que así podía ser, que después de cinco años de vivir un constante infierno, al fin tendría un poco de paz en su corazón, pero nada podía estar más desacertado. Un líquido rojo y viscoso empieza a cubrir su rostro. Levanta la vista para ver los rostros de estas dos mujeres que tanto la odian. —¿Por qué? —Atina a preguntar con su voz rota y angustiosa.—¿Por qué me hacen esto? —No te preocupes, hermanita. Cuidaré bien de Enzo. Seremos muy felices mientras tú te conviertes en comida de pirañas. Nada preparó a Olivia para este terrible momento. Ella siempre fue una joven demasiado ingenua para la maldad que la rodeada, soñadora y romántica. Es incapaz de entender cómo se puede hacer tanto daño a alguien con tal de conseguir lo que se quiere. Un dolor agudo y un mareo la atacan de repente. Instintivamente, se lleva ambas manos a la cabeza soltando el barandal. En ese momento otro golpe, aún más fuerte que la anterior, la toma desprevenida. Olivia resbala y cae directamente al agua, inconsciente y muy malherida. El pelo rubio de la mujer se pierde en las olas rápidamente junto con una gran mancha de sangre que se desprende de su cabeza herida. Madre e hija se miran complacidas. ¡Al fin pudieron deshacerse de ella! Y fue mucho más fácil de lo que habían creído. Isabella mira a su madre con la respiración acelerada. Está eufórica y no es para menos. No se siente arrepentida en absoluto. Por fin, Enzo será completamente suyo y podrá disfrutar de toda la fortuna de los Jones como hija única. Su destino es mucho mejor de lo que esperaba. Giulia mira el barrote ensangrentado en su mano y lo tira inmediatamente al mar antes de ojear alrededor y asegurarse de que nadie las haya visto. —Tranquila, mami. Te dije que es una isla remota y las aguas son muy profundas. Nadie viene por aquí y ella morirá sin remedio. La mujer mayor divisa un yate que se encuentra bastante lejos, por lo que no se preocupa por nada más. Su hija tiene razón, el plan fue todo un éxito. Todo salió exactamente como lo habían maquinado. Olivia Jones está muerta y ahora toda su fortuna les pertenece a ellas.