Nick Hacer un enorme esfuerzo para no correr detrás de Emma apenas salió de la habitación, fue uno de los momentos más difíciles que había experimentado en mucho tiempo. Sentía como si un puño se apretara alrededor de mi corazón, con cada latido resonando en mis oídos, amplificando el dolor de la situación. La habitación estaba en silencio, un contraste crudo con el ruido ensordecedor de mis pensamientos. Escuchar los sollozos de Emma desde el otro lado de la puerta fue como recibir una bofetada. La frustración se acumuló en mi pecho, y sin pensarlo, di una patada a la lámpara junto a mi cama. El objeto se tambaleó y cayó al suelo con un estruendo, pero eso no alivió mi furia. —Maldita sea —murmuré, cabreado e impotente. — Todo esto es un desastre. Sentía como si estuviera atra

