El mesero asintió. —Enseguida. Mientras ellos esperaban, afuera, un hermoso Bugati del año, se estacionó en la entrada, de aquel auto bajó un caballero de aspecto serio, de elegancia sin igual y de aura aterradora, todo alrededor de él, gritaba poder. —Señor Delavicci, bienvenido — dijo uno de los valet parking que ya lo esperaba, el gerente tenía órdenes de recibir a ese hombre con los mejores tratos, en especial porque él, era el dueño. Nadie quería quedar mal con él. Colton entró al restaurante y se acomodó el saco, caminó hasta la mesa que tenía reservada, donde ya lo esperaba un hombre de casi su misma edad. Tomó asiento y lo miró detenidamente. —¿Y bien?. —Nunca cambias ¿No?, al menos pregúntame como estoy—Dijo el caballero que estaba sentado mirándolo fijamente. Colton alzó