El día después de su graduación de la universidad Ana sabía exactamente a dónde quería ir, respiró profundamente y mostró su celular – quiero este tatuaje.
Un hombre alto de ojos claros, cabello oscuro, una camiseta ajustada y los brazos cubiertos de tatuajes lo miró – lindo dibujo.
– Lo es, ¿cierto?, se llama Lily – se emocionó de inmediato.
– Simpática.
– No tienes idea, y muy intuitiva, una vez vimos una película y ella señaló la pantalla y dijo, ¡él es el villano!, apenas iban cinco minutos, siempre adivinaba lo que pasaría, era horrible porque ya no te sorprendías, pero me ayudaba con las películas de terror, me avisaba cuando iban a asustarme porque la música cambiaba o la escena se volvía muy oscura y así podía cubrirme los ojos desde antes – sonrió – tú no querías tanta informa
