☪7. Regreso☪

3480 Words
Nysa Phelps Los pensamientos me aturden conforme aprieto el agarre en mi cabello tirando de el con inquietud y miedo, las voces murmullos una y otra vez cosas sin sentido saturando mi cabeza de pensamientos crueles... Grito cuando me toman del cuello colocando un hoja filosa en mi garganta, forcejeo buscando un escape sintiendo como me detiene en un agarre firme y seguro incrustado parte de la hoja filosa en mi garganta dejando el hilo de sangre resbale por mi garganta y clavícula. Grito y sollozo buscando soltarme en violentos forcejeos.. — Nysa... Nysa... Nysa... — ¡Peyton! Sólo es una pesadilla — me sarandean seguidamente haciendo tome mi cabeza entre mis manos soltando sollozos. — Princesa — habla a mi otro lado abrazándome — sólo fue una pesadilla mi eterna, respira — susurra a mi oído tranquilizandome y dándome seguridad cuando me abraza dando mimos a mi espalda. Respiro seguidamente de forma profunda llevando una de mis manos al brazo de Adal mientras sollozo tocando mi garganta, sintiendo miradas en mi que no pasan desaparecibido mi acción pero no me concentró en ello. Me quieren matar... Eso desde un principio lo se pero este sueño fue mucho más profundo, más extenso con mayor significado. Adal me deja entre sus piernas sin soltarme me regala mimos buscando me tranquilice. — Sólo fue un pesadilla mi princesa, respira — pide suavemente besando mi cabeza. Paso mis dedos en mi garganta donde sentí el fijo de la hoja. Se sintió tan real. Adal me tranquiliza diciéndome dulces palabras que internamente me hacen sonreír. Los extrañe... A los ocho hombres y seis niños amores de mi vida. — ya... Ya me siento mejor — susurro contra su pecho para relajarlo al sentir su tenso cuerpo. Lo logro tomándolo de la camisa para que no se aleje, lo extrañe, no quiero se aleje, el parece comprender quedándose como estamos. — ¿Como te sientes ángel? — pregunta Austin en la esquina de la cama. Alzó la mirada así verlo mejor, notó ya no me encuentro en la misma habitación como también me percató de unas terribles ojeras en sus ojos, a la par de el esta Adam quien se encuentra igual. Joder... Ni así se les quita lo guapo, irresistible, atractivos y dioses... — como si un tractor me paso encima — expreso con cansancio. ¿cansancio? ¿como puedo estar cansada si e estado dormida meses...? era un coma, no un sueño de descanso. Los veo sonreír haciendo sonría. — ¿algo que te duela en particular? — hago una mueca al no ver a mis bebes. — ¿y mis niños? — pregunto examinando la habitación que es mas amplia. Ellos me observan con absoluta atención sonrojadome sin poder evitarlo, soy madre pero no me culpen, los dioses enfrente de mi son para derretir y no todos los días despiertas de un coman con ocho dioses que tienen sus ojos en ti. Axel me analiza con cuidado desde la distancia al igual que Andrew, Markus y Adrian, Aiden esta a mi otro lado observándome en busca de alguna ¿reacción? Adam y Austin están frente a mi regalándome una imperceptible sonrisa mientras Adal me mima como si fuera una niña. Aiden toma mi mano haciendo reaccione de que le e clavado las uñas a Adal. — lo siento — me disculpo culpable girando mi rostro sobre mi hombro para verlo. — descuida, estoy bien cariño — besa mi frente para tranquilizarme. — ¿y mis niños? — repito preocupada al no recibir respuesta. — en la sala, viendo una película con Beatriz y Stiles, recién llegaron hace unas horas hermosa — suspiro con mayor tranquilidad asintiendo con la cabeza. Aiden acaricia mis nudillos con delicadeza. — quiero verlos — pido con anhelo. Tanto tiempo sin verlos me tiene el corazón en un hilo, ya luego importa mi salud, primero mis bebes. — tienes que descansar vida — me lo niega Markus haciendo apriete los labios con molestia. — por favor — pido nuevamente. — primero esperemos al doctor, apenas despertaste unas horas cerrando los ojos de nuevos, tienes que respirar Peyton, así que sólo espera un poco — sentencia Adrian con seriedad. Cabrón, estoy pidiendo ver a mis hijos ¿que no entienden? A mis hijos no a otro hombre par de... Respiro profundo al ver me estoy alterando, ellos tienen razón... Tengo que esperar. — malparidos — susurro entre dientes molesta para mi haciendo los presentes sonrían. — no está insultando creo no está tan mal como creíamos — habla Axel con una sonrisa en sus labios. Todos hacen un sonido con la garganta dándole la razón, aprieto la mandíbula molesta. — ¿cuanto va tardar el doctor? — pregunto cambiando de tema — no mucho, en unos minutos estará acá — asiento con la cabeza. — ¿que soñabas hermosa? — pregunta Aiden dando un beso en mis nudillos. Aprieto la mandíbula al recordar... Sin duda algo bueno no era. Andrew se mantiene callado como es de esperar, sin decir ninguna palabra pero su mirada atraviesa mi alma. — princesa — susurra Adal sobre mi cabeza — puedes confiar en nosotros — me recuerda haciendo sonría y asiente con la cabeza. — lo se — acepto asintiendo con la cabeza — sólo no fue un lindo sueño — comentó con pesar cerrando los ojos. Parece todo me pesa, es como tener una gran roca sobre tu espalda que te agobia y mata en angustia. — ¿no lo quieres contar? — pregunta Austin de forma suave. — no es eso, solo mi cabeza tiene Muchas ideas que procesar — explico con un poco de angustia — prometo se los contaré — respondo a bostezando mientras cierro los ojos. Ellos hacen un sonido de afirmación, mientras Aiden acaricia mis nudillos y yo no dejo Adal se separe, suena descabellado pero entre ellos me siento segura. Se que aunque les tire un jarro en la cabeza y haga lo que haga ellos me mantendrán a salvo, porque de alguna forma en su retorcida cabeza o su lado sobre natural que los persuadice prefieren hacerme esclava de ellos a víctima de otros... Ellos no dejarían me dañen... No de nuevo ¿verdad? Las perturbadoras palabras de aquellas voz femenina llega a mi cabeza como las tantas cosas que me a dicho durante este largo tiempo... Los recuerdos de sus palabras me envenena de forma dolorosamente el alma... ellos no me harán daño, tengo fe de que no... La otra voz femenina decia que la mejor forma de sacar los miedos e inseguridades es hablando... Siempre lo e sabido pero creo nunca e sabido cómo ponerlo en práctica. ¿donde estamos? ¿cuantas cosas habrán pasado mientras estuve en coma? ¿mis bebes aún me quieren? Nunca los había dejado tanto tiempo... La ultima pregunta me despedaza el alma haciendo respire profundo y recueste mi cabeza sobre el pecho de Adal ocultando mi rostro... No podría con el hecho que mis bebes me dejen de querer, aunque no soy la mejor persona y no siempre e tomado las mejores decisiones, mis bebes son lo más importante para mi ahora. Desde el momento que los vi ellos se volvieron el centro de mi mundo, mi mundo, lograron quitarle el lugar de atención que tenían sus padres siendo ellos mi todo. Aun recuerdo como me tomaron el dedo anular en su manita, como se movian tierna mente o incluso se quedaba quietos por largos minutos en mis brazos. No podría con un rechazo de mis bebés, el pánico de que ellos crean los abandone me aborda pero mi lado racional me recuerda a Eider sobre mi pecho contándome algo sobre una niña y luego salir corriendo con emoción de la habitación. Suspiro largo... Mis bebes saben que los amo y son mi prioridad... El toque de la puerta me hace sacar el rostro del pecho de Adal haciendo sonría al percatarme sigue usando el mismo perfume, me encanta ese aroma ligero que se impregna en mi nariz más su aroma natural... Prioridad Uno; mis bebes. Prioridad Dos; mis hombres. Prioridades únicas; mis bebes y mis hombres. Si mis bebes no puedo vivir y sin sus padres tampoco, de alguna forma los sentía mientras estaba en esa frívola penumbra. ¿será que han conocido a alguien mejor que yo durante este tiempo que estuve en coma? Un suspiro cansado sale de mis labios, tantas locas ideas me enferma, pero digamos que mi estado no es el mejor, tengo un nido de pájaros en la cabeza y estoy segura que mi higiene en este momento no es el mejor. Necesito un puto baño. — princesa — me llama Adal tirando de un mechón de mi cabello suavemente. — ¿Mmm? — pregunto distraída mente. — te dejaremos a solas con el doctor y la enfermera, estaremos afuera, cualquier cosa grita que estamos cerca, la habitación no es en contra de sonido, así que cuál cosa podremos oír fácilmente — asiento con la cabeza sintiéndome como se levanta y se aleja con los demás, no sin antes dar un beso en mi frente. Cuando Aiden esta por hacer lo mismo aprieto su mano con ligero miedo, el sonríe besando mis nudillos nuevamente. — todo estará bien hermosa — asiento con la cabeza soltandolo con pesar. Quedó con el doctor y enfermera, sacan algunos instrumentos mientras el doctor se presenta al igual que la enfermera siendo neutros y profesionales sin quitar su amabilidad genuina para no incomodar al paciente sin embargo mi mente trabaja en tres cosa; mis hijos, hombres y las voces. Hago una mueca cuando el doctor pone el frío instrumento en mi pecho para oír el corazón, lo hace con mis pulmones pidiendo respire, pregunta que me duele, toca algunas partes de mi cuerpo recibiendo gruñidos a través de la puerta haciendo se tense el pobre médico. Sonrió ligeramente... Pero esa sonrisa se borra cuando recuerdo que también soy destinada de Adrian ¿es que debo elegir entre ellos? Apenas despierto y los recuerdos ya me estan agobiando... Pero... Puede ellos ya encontraron a alguien mejor que yo y yo agobiandome estúpidamente. Me desespero al notar esa cruel voz si logro un poco de su cometido y saber esa voz era de ella me agobia más... Ella no entro... eres tu quien la deja entrar. Las palabras de la otra voz femenina vienen a mi cabeza molestandome, estuve un largo tiempo oyendo sus voces, voces que me estaban volviendo loca. — ... Solo debe guardar reposo, tomar el medicamento recetado, es un verdadero milagro su rápido despertar, si tiene dolores muy fuertes de cabeza por favor llamarme porque puede sean los golpes que recibió hace unos meses, también le dejaré una dieta alimenticia, si no hay ningún percance, nos veremos dentro de unos mes para chequear su estado de salud... — el doctor sigue hablando pero mi cabeza es poco lo que logra procesar — ...de momento le sugiero descanse porque el aturdimiento de las cosas puede le impida comprender con rapidez... — oh eso explica. — ¿me puedo bañar? — inquiero haciendo alce una ceja — sola — aclaró para que comprenda el punto de ni pregunta. — le sugiero que lo haga con ayuda — hago una mueca. — sola será — susurro para mi. Necesito relajarme y respirar, además el baño me ayudara... — le diré lo mismo a los alfas, reyes y líder — me informa. Lo despido con la mano. — si desea yo la puedo ayudar — sugiere la enfermera cuando me pongo de pie y mis piernas tiemblan. No debo ser orgullosa... No debo ser orgullosa. — lo intentaré sola — le regalo una sonrisa que parece más una mueca pero al sólo dar un paso casi me caigo — mejor si... Ayúdame por favor — pido con ligera molestia conmigo misma. ¿ahora también soy una estúpida? Aprieto los labios al notar mis pensamientos se han dejado influenciar por la voz de luna, no debes recordar sus palabras... ella te odia, solo quiere agobiarte, y lo esta logrando. No soy una estúpida retrasada, simplemente recién despierto de un coma y necesitaré un poco de ayuda... No debo ser tan dura conmigo misma. Llegamos al baño donde la enfermera me ayuda a sentar en la tapa del retrete mientras ella revisa este todo. — ¿que desea un baño en la tina o en la ducha? — pregunta amablemente señalandome ambos lugares. Examinó el amplio baño donde la regadera esta cubierta por paredes de cristal a al igual que ambos lados de la tina estando descubierta por completo sólo de un lado, el baño es demasiado elegante haciéndoles honor a los apellidos de los hombres que martillan mi cabeza. — me dejarías unos minutos sola — pido con toda la amabilidad posible, ella asiente con la cabeza retirándose. — estaré aquí en la puerta — asiento con la cabeza esperando se retire. Me levanto y levantó la tapa para hacer mis necesidades sin embargo sólo hago del uno. ¿me mantuve viva sólo de suero? Tiro de la palanquita hacia bajo caminando hacia el lavamanos donde lavo mi manos y dientes tomando el cepillo sellado de color morado. Le pido a la enfermera que entre de nuevo cuando terminó con ello, analizó a la enfermera con desconfianza al ser demasiado amable, fuerzo a mi mente a trabajar observándola a los ojos suelto un jadeo tomando mi cabeza entre mis manos. ¡maldición! Eso explica las instrucciones del doctor... Al menos ahora se es amable por demasiada bondad y no maldad. — ¡señora! ¿se encuentra bien? — interroga preocupada botando el líquido de burbujas corriendo hacia mi. Esto me pasa por desconfiada... — si, solo me dolía mucho la cabeza — expreso culpable — a lo que ella asiente con la cabeza comprendiendo. — ahora le traigo su pastilla, la tina ya esta preparada — me informa ayudando entre y me saque la bata conforme me introduzco en ella mientras se retira en busca de mi pastilla. Comienzo a bañarme con cuidado ante el dolor en mis extremidades por cada que me estiró, ella regresa y tomó mi pastilla . Ella me ayuda un poco alcanzando lo que no puedo, termino con mi baño de tina para luego entrar a la ducha y ella se va Nunca esta de más bañarse dos veces ¿no? Y menos en mis circunstancias, me doy un higiene más profundo, notando algunas diferencias en mi cuerpo entre ella que mi vello púbico a crecido, que tengo estrilla notabless, mi abdomen algo marcado ya no está marcado pero aun plano, mi piel ya no tan hidratada con alguna pequeñas cicatrices. Necesitaré cera y otro cuerpo, observó mi reflejo contra el cristal deprimiendome más, sin duda no soy nada a hace esos tres o cuatro meses que dijo Eider, sabía lo que estar en coma podría ser pero vivirlo es deprimente... — ¿Peyton? — pego un respingo al oír a Andrew. — me estoy bañando — me quejo con ligera molestia sin poder evitarlo. Me regaño mentalmente por ello, ellos no tienen culpa de como me siento. — ¿te encuentras bien? llevas dos horas bañandote — abro los ojos con sorpresa. — imposible... — me tarde una hora en la tina puede si sea posible. — la enfermera ya se fue... Y ¿Por qué estas enojada? — ruedo los ojos pasando mis manos por mis rostro. Quitó lo que queda de jabón dejando un poco mas de tiempo mi cuerpo en el agua otra relajarme sintiéndome limpia. En serio necesitaba este baño. — no estoy enojada — expreso en un suspiro. Solo estoy tensa, deprimida y molesta conmigo misma, la maldita voz de esa mujer se mantienen en mi cabeza haciendo me ahogue con mis propios sentimientos, soy consiente de todo lo que esa mujer dijo a cierto punto tiene razón, pero me estresa el que apenas e despertado y mi mente esta funcionando a mil por segundo, es como si no pudiera descansar. Pego un chillido retrocediendo cuando la puerta de cristal es abierta, automáticamente llevo mis manos a mis partes íntimas. — ¡Andrew! — reprendo cuando lo tengo frente a mi. Sus ojos dejan mis ojos bajando por mi cuerpo, incomodandome ante el estado en que estoy, creo que ser modelo también dejo un estándar de mi cuerpo en mi propia cabeza... Muchas cosas me aturden y a cierto punto me molesta porque es por ideologías de otros y palabras de Luna ¿como diablos logró estar todo este tiempo en mi cabeza? — ¿tengo cara de estúpido? — pregunta a lo que frunzo el ceño negando — me alegro te des cuenta que no, porque juraría estas enojada — suspiro dejando des cubrir mis senos llevo la mano a la puerta de cristal para cerrarla pero Andrew la toma entrando a la ducha tira de mi y apaga la regadera con su mano libre. — Andrew — lo llamo incómoda — por favor salte, creme no estoy enojada... No con ustedes — expreso con sinceridad pero no me suelta. Su toque en mi piel quema y mi ser tiembla acelerando mi corazón por su cercanía. Se curva un poco hacia delante para así quedar más cerca de mi, suspiro ante el escalofrío que me recorre cuando roza su nariz en mi cuello. — te extrañe — una sonrisa se forma en mis labios sintiendo como esas dos simples palabras con mucho significado para mi relajan mi cuerpo. — yo también te extrañe, los extrañe — correspondo soltando mi mano de la suya llevándola a su rostro donde me permite acariciar su mejilla. — no vuelvas a hacer lo que hiciste — pide llevando sus más manos a mi cintura acercándome a el. Alzó la mirada topándome con ese azul de sus ojos que me hacen sentir en el cielo nocturno. — ¿el que? — pregunto haciéndome la confundida con una suave sonrisa. El me mira con su habitual frialdad dándome que deja claro el que. Jadeo cuando aprieta su agarre en mi cintura bajando a mi cadera tirando mi cuerpo hacia el dejándome sentir un parte de él que me entre abre la boca. Esta duro... — ahora si, dime ¿Por qué molesta mi luna? Porque no creo contenerme mucho si estas así — trago grueso sintiendo como mi piel hormiguea por sus palabras haciendo mis pezones queden eréctil y mi coño punzante internamente. — nada en especial — susurro con dificultad por la sensación que me embarga concentrándome en una palabra. Me dijo amor, ¿aún soy su amor? Porque el aún es el mio. — Peyton — gruñe con advertencua a lo que trago cuando siento deja su cabeza en mi cuello inhalando mi aroma comienza a dejar besos en mi hombro bajando a mi clavícula. — ¿Por qué es que invades mi privacidad? — me quejo molesta y no con el sino conmigo, queriendo alejarme pero no me lo permite siendo más firme y duro con su agarre. Mientras el sigue como un Dios Griego yo me veo como una andrajosa. — antes no te molestaba — gruñe llevando sus manos a mis glúteos que toma con dominio. Jade cuando los aprieta empujandome contra la pared de cristal dando un suave manoteo. Al menos mi culo no se encuentra caído. — antes — repito — las cosas cambian — protestó clavando mis uñas en su cuello para alejarlo pero solo sonríe contra mi piel llevando una de sus manos a mi centro quitando mi mano de mi intimidad. Chillo molestamente intentando soltarme. No me molesta me toque... me molesta la voz de inseguridad de mi cabeza y el como me siento físicamente. — ¿esto es lo que a cambiado mi luna? — interroga reteniendo mis manos con la suya, suelta mi culo y presiona mi centro sobre mi vello púbico haciendo gima suavemente de placer y le regale una mirada asesina. Me gusta... Pero mi cabeza esta trabajando a mil por segundo dejando la voz de la odiosa Diosa Luna invada mis pensamientos llenándome de inseguridad que me enoja y lástima internamente. — aleja tu maldita mano Andrew — sentenció entre dientes sintiendo como sus dedos urgando en mi vello púbico llegando a mi clítoris y labios menores donde jadeo al sentir estoy húmeda. El como me encuentro y toca mi intimidad hace sentir vulgar el momento sonrojadome por completo, mis pezones pican exigiendo atención que no estoy dispuesta a aceptar. — ¿Peyton? ¿Andrew? — interrogan a la puerta del baño cuando gimo sintiendo introducen en dedo en mi con facilidad penetrandome y poniéndome de todos colores cuando noto es Adrian quien gruñe y alza una ceja al ver como nos encontramos. ¿Por qué a mi?
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