Capítulo 30 Héctor Santibáñez Llegamos a casa, estábamos que no cabíamos de la felicidad, mi ojitos bellos y yo vamos a hacer papás, estamos muy ilusionados y felices por esta maravillosa bendición que venía en camino, amo tanto a Michelle que me siento el hombre más feliz del mundo, me siento pleno y dichoso. Mi mamá también está que no cabe de emoción, su primer nieto o nieta viene para alegrarnos la vida, y pensar que estaba por darme por vencido con Mich, pero ya no hay que acordarse de cosas feas y menos en estos momentos que es pura alegría. No quería separarme ni un minuto de ella, así que me la lleve a pasear todo el día, nos despedimos de mi mamá y nos fuimos. Estábamos en el carro y nos dirigimos al centro comercial, mi hermana y Martín nos habían comentado ayer cuando íbamo