Capítulo 25
Michelle Galaviz
Al sentarnos, mis sobrinitas me preguntan.
—Tía, ¿Por qué gritabas tan feo anoche?
Me ahogo con el jugo que estaba bebiendo.
—¿Qué? ¿Yo? —Me hice la tonta, la que no sabía de que hablaban
—¡Si tú! —Dijeron al mismo tiempo.
—Hacías… — Las interrumpe Sonia.
—Niñas —Mi cuñada volteó a vernos con reprobación.
Mire a Héctor, se me caía la cara de vergüenza, «trágame tierra y escúpeme en Nueva York»
Héctor tomó mi mano con suavidad y me dedicó una sonrisa, esa sonrisa que me dice que todo estará bien, que no me sienta mal, le sonreí dulcemente.
Tomamos nuestros alimentos con tranquilidad, ni me animaba a cruzar mirada con nadie, me sentía avergonzada, pero bien que lo disfrute, sonreí en mis adentros.
Al terminar el desayuno, Nikki y yo nos vamos a la uni
