Capítulo 39 Michelle Galaviz Me encontraba como una verdadera idiota, tenía ganas de llorar de la rabia. Manuel, mi hermano me lo había dicho y yo lo taché de mentiroso, cómo pude ser tan estúpida. Y es cierto, cuando mi hermano apareció con esos documentos, yo estaba ciega y herida porque Héctor me había desechado, quería creer que mi relación con Brian, aunque no lo amara, sacaría de mi pecho ese dolor que cargaba y me cegué. Ambas nos vemos con cara de terror y nos abrazamos para darnos fuerza. —Gracias al cielo te libraste de un maldito asesino —dice Lis. —Sí, gracias a Dios. Aún abrazadas me calmó un poco con el abrazo de ella, aunque en mi cerebro da vuelta aún todo lo relatado por el comandante. —¿Estás bien? —Pregunta Lis sacándome de mis cavilaciones. —¿Tú lo estás? —Logr