La magia que cubría las alas de Alicia también se movía por todo su cuerpo y era especialmente fuerte en el área de su cola. Esmeralda estaba siendo sujetada por la cintura y ese agarre era muy inestable, si no tenía cuidado se caería, y no quería eso, pero tampoco quería que la llevaran a otro lado – basta ya – pidió – no quiero dar un paseo. Por la altura, Alicia no escuchó y no se detuvo hasta que llegó al centro del bosque, justo donde estaba el árbol de la vida, ahí, aterrizó, sus alas volvieron a ser brazos y su cola se acomodó para depositar a Esmeralda sobre el suelo, de pie. Pese a eso, apenas fue liberada, Esmeralda cayó sobre el pasto por la impresión. Neón voló por encima de las copas de los árboles y se acomodó sobre una de las copas del árbol de la vida. Esmeralda subió