Samara Los días parecieron pasar con demasiada velocidad, tal y como lo dicen, el tiempo vuela cuando uno es feliz. Con Aryeh habíamos recorrido la mayoría de la ciudad y aunque ninguno de los dos sabíamos ubicarnos bien, encontramos lugares en verdad bonitos. Mañana deberíamos volver a la manada y aunque esta noche deseaba pasarla solo con él, Gael había decidido organizar una cena con los demás. Trataba de no mostrar mi decepción, después de todo eran mi familia, pero esperaba algo intimo. —¿No comes Samara? —preguntó Cedric, sacándome de mi ensoñación. Sonreí, sabiendo que no le diría lo que pasaba por mi cabeza, sería un poco grosero. —Sí, es que estaba pensando en algo. Hace días cuando fuimos al club me pregunte como sería bailar en el tubo, ¿Creen que podríamos ir más tarde e