Uriel Pude notar como mis palabras provocaron un escalofrío en Lorenzo, pero él tenía razón, no podía pedirle sinceridad y mentirle en la cara. Además sería bueno que sepa con lo que esta tratando, estas cosas mientras más rápidos se digan, menos consecuencias conllevan a la larga. ¿Qué iba a esperar? ¿Acaso conseguir que confié en mi y acercarme para decírselo? Demonios no. Con eso solo lograría que me mandará a la mierda. Nunca sentí vergüenza o algún tipo de inseguridad con respecto a lo que soy, estoy en serio orgulloso de ser un hombre lobo. Mi padre lo es, mis amigos lo son y casi todas las personas que me importa también. Por ello no se me trabaría la lengua para confesarle quien soy en verdad. —¿Estas jugando verdad? —no tardo en preguntar y podría decirle que sí y tranqu