Jonás —Al fin llegas Jonás, no todos tenemos la suerte de poder disfrutar una noche con una sexy compañía, así que espero la disfrutaras. —gritó Daniel, mientras salía de su oficina. —Como si pudiera contigo cuidando mi trasero. ¿Qué ha sucedido? —pregunté con cansancio. Esta noche había avanzado bastante con Faith, pero el trabajo no me dejaba pasar mucho tiempo con ella. No quería terminar el beso, al contrario, quería comprobar hasta donde era capaz de dejarme llegar. En mi caso, había perdido el control al primer roce. Necesitaba entregarme a esa necesidad innegable, de perderme en el cuerpo de mi compañera. Me gustaba su carácter, el siempre tener una respuesta acida a mis comentarios. Pero esta noche esa actitud, junto a la forma en que también perdió el control, me exitó a u