Laurie —¿Esto les causa tanta molestia? Yo lo veo un bar como cualquier otro. —expresó Cedric, con una malvada sonrisa. La noche estaba dándose de manera muy tranquila, gracias a todos los santos, pero aún así no sabía que esperar. Esta noche Christa, al parecer, estaba decidida a lucirse y mi amigo aquí, parecía una mosca volando directamente a la telaraña de esa viuda negra. —Ya ves, así que si tan normal te parece, ayúdame a convencer a esos tozudos. —Tú eres la mayor tozuda que conozco, pero no creo que hables de ti, así que supongo que te refieres a tus padres y a los demás. —lo miré evaluando su estado de ebriedad, pero no parecía estar ebrio, solo feliz. —¿Por qué estas tan feliz hoy? Ayer estabas melancólico y hoy eres alguien totalmente nuevo. ¿Paso algo y no me entere?