Capítulo 40 Junio - 3,390 a.C. Tierra: Villa de Assur Coronel Mikhail Mannuki’ili MIKHAIL Assur se imponía en el desierto como una ciudad de cuento de hadas; sus grumosas paredes de adobe eran más acogedoras que un moderno rascacielos. Un poco más allá, el río Hiddekel hacía señas con sus aguas azul verdosas, un suministro infinito que podía durar más que cualquier asedio. —En casa —murmuró Sagal-zimu febrilmente, apoyado entre él y el viejo comerciante, Gimal. — En casa —Mikhail repitió en silencio. Él no quería que ésta fuera su casa. Pero las paredes de Assur eran defendibles y, en este momento, Sagal-zimu necesitaba un lugar para sanar. Los cuatro miraron por encima de sus hombros como una manada de antílopes nerviosos. Los Halifianos habían seguido sus pasos durante los últim