(Narra Annie Rowan) La situación se complicó, Daniel siguió diciendo cosas malas para Dante y, Dante seguía preguntado qué era lo que decía. El ambiente se tornó muy tenso, eso ya era demasiado para mí. ― ¡Es suficiente!― Trate de alzar la voz y aunque no logre alcanzar el tono que deseaba, si logre el efecto que quiera. Pues ambos me miraron desconcertados.― Tu.― Dije y señale a Daniel, ― No le diré esas cosas. ―Y tú, ― Dije señalando a Dante.― No soy un intérprete, si quieres saberlo, mejor aprende el lenguaje de señas. Me zafe de ambos, que aún me tomaban de la mano. Me di la vuelta y salí de ese lugar. No deje que ninguno me siguiera. Camine como ida, solo pensaba en lo que había pasado, en los golpes de Melissa y en las tijeras…También pensé en los ojos de Dante... En mi infanci