Contigo Aprendí

Observo atentamente la ciudad a través de la enorme ventana que hay en mi oficina, siempre me ha encantado el otoño, toda la ciudad tiene su toque mágico gracias a los colores que está esta época le otorga a los árboles. -              Señor Wolf – escucho la voz de mi asistente en el teléfono – el abogado de su padre quiere verlo. - Me informa haciendo que mi calma se esfume. Hace año y medio mi padre falleció, pero ni muerto puede dejarme en paz, en su testamento dejó estipulado que ni mi madre ni yo podríamos tocar un centavo de su dinero hasta que yo me casara ya que según él es la única forma de yo tenga mi propio hogar. A mi no me importó su cláusula pues soy dueño de una corporación multimillonaria que yo sólo construí y la cual me genera muy buenos ingresos, pero por el contrario mi madre se quedaría en la calle pues no quiere aceptar mi ayuda ya que si no me caso toda la fortuna de mi padre pasará a manos de mi tío, el cual es un adicto al juego y a la bebida. Mi padre me dio un periodo de dos años desde la lectura del testamento para poder casarme y así evitar que todo lo que él y mi madre construyeron sea dilapidado en juego y bebida por mi tío. Camino hasta mi escritorio y tomó el teléfono. -              Dile que pase – digo seriamente mientras a mi mente viene la mujer por la cual me volví frío y sin sentimientos. -              Buenas tardes señor Wolf – me saluda Abelardo al entrar a mi oficina. -              Al grano que no tengo mucho tiempo – digo mordaz. -              Sólo vengo a recordarte que el plazo se te está acabando y tu tío ya ha comenzado a mover sus cartas para vender las empresas de tu padre – me informa haciendo que mi enojo aumente. -              No es algo que me importe – respondo y él asiente con la cabeza. -              Pero a tu madre si le importa y mucho, ya que en el último año no ha tocado ni un solo dólar de lo que le has estado consignado en su cuenta – me informa dejándome sorprendido. -              Pero ¿cómo se ha sostenido en Italia?  – pregunto molesto -              Tu madre nunca se fue a Italia, ella ya estado vendiendo sus joyas y cuadros para mantenerse a flote – me informa sacando varios documentos de su portafolio para luego extendérmelos, los tomó y leo rápidamente la información que hay en ellos. Son comprobantes de pago por mucho dinero el cual es proveniente de sus joyas y cuadros que mi padre alguna vez le regaló. -              ¿Por qué demonios me hace esto? – digo bruscamente lanzando los documentos sobre la mesa. -              Ella es una mujer muy orgullosa, proviene de un estilo de vida muy humilde, cuando tu padre se casó con ella, en lugar de dedicarse al hogar, estudio y se formó para manejar junto a tu padre el imperio que es W&E Industrie. – me recuerda y sé que es verdad, mi madre siempre ha sido una mujer fuerte y orgullosa, una de las empresarias más respetables en el mundo. – ellos sólo quieren lo mejor para usted señor Wolf, no quieren que una mala experiencia arruine su vida para siempre. – termina diciendo para luego darse la vuelta y caminar hasta la salida de mi oficina – aún le quedan cinco meses antes de que el plazo se cumpla – me informa antes de salir. -              Necesito aire – digo para mí mismo, tomo mi abrigo y rápidamente salgo de mi oficina. – cancela todo lo que tenga para el hoy – le digo a Carlos mi asistente y él asiente con la cabeza mientras camino hasta el ascensor. Al salir de la empresa camino hasta central park mi lugar favorito en toda la ciudad, camino por la ciudad tratando de recobrar mi calma y decido ir a tomarme un café.  Llego hasta una cafetería llamada Palmer's Coffe, al entrar observó que el ambiente es bastante acogedor, me siento en una mesa junto a la ventana mientras dejo que mi mente se llene de recuerdos. Por más que quiera cumplí con lo estipulado en el testamento simplemente no puedo, ella destruyó mi corazón y me dejó a la deriva sin posibilidad alguna de volver a sentir algo por otra mujer. -              Buenas tardes, ¿Qué puedo ofrecerle esta tarde? – una dulce y sensual voz me saca de mis pensamientos. Frente a mi hay una hermosa de joven la cual me observa con una bella sonrisa. Sus ojos negros me observan expectantes y entonces caigo en cuenta de lo que me acaba de preguntar. -              Un espreso americano – le respondo y ella toma nota. -              ¿Algo más? – pregunta amablemente -              Un muffin de arándanos – respondo y ella asiente sonriendo. -              Enseguida señor – dice para después irse, me quedo observándola y es realmente hermosa, su cabello negro a juego con sus ojos va recogido en una coleta alta, los rasgos en su rostro son muy delicados además de que no tiene ni una gota de maquillaje la hacen lucir perfecta. Pero en qué estoy pensando, debe de ser una niña, pero una niña muy hermosa, debe de tener unos veinticuatro años, pero me tiene cautivado. Que estoy diciendo, es sólo una mujer bonita además de que acabo de conocerla. La veo regresar y trae una bandeja en sus manos con lo que parece ser mi orden. -              Espreso americano y muffin de arándanos – dice dulcemente – que lo disfrute Nunca en mi vida tarde tanto tiempo tomándome un café y comiendo un muffin, es que no puedo apartar los ojos de ella. De repente el recuerdo de mi pasado regresa a mi mente recordando que el amor y la felicidad no son para mí y hace mucho tiempo renuncie a ellos. Así que, sin más, pago la cuenta para después salir de la cafetería para volver a mi mundo