Pasa por mi pecho unas plumas o algo parecido y después me da algunos golpes más, que aunque se escuchan fuertes la verdad no lo son, más que causarme dolor me ponen ansiosa, me besa y acaricia las partes donde me golpeó. —Milaya esto es más de lo que puedo aguantar teniéndote a mi merced. Siento como su barba raspa mi piel hasta que llega a mi centro de placer, empieza a torturarme con su lengua y yo me muevo desesperada, casi al instante tengo un orgasmo tan intenso que mis piernas se doblan, rápidamente me quita las esposas y me sostiene, lo abrazo ansiosa y me lleva al arco de las posiciones. —Quiero besarte. El sonríe, me quita la cinta que cubre mis ojos y me da un pequeño beso. —Lo harás Milaya, pero antes te necesito. Me acomoda de la misma manera en que me había mostrado co