Estallo en carcajadas mientras me alejo del muchacho y vuelvo a sentarme para seguir comiendo. —¿Por qué decís eso, Lorenzo? —cuestiono con tono divertido, aunque por dentro estoy muriendo de vergüenza— Kevin es como mi hijo, claro que voy a sentirme mal si se muere. —No puede ser como tu hijo si tienen la misma edad —responde el viejo—. ¿Ustedes... tienen algo? Es la segunda vez que los veo en este tipo de situaciones comprometidas. Ayer se estaban besando, hoy lo salvas y se miran con cariño... —Estás exagerando, papá —dice Kevin, ya un poco más recuperado—. No nos estábamos besando, ¿cuántas veces te lo tengo que decir? Estábamos peleando en susurros —esbozo una breve sonrisa al ver que dijo lo mismo que yo sin siquiera ponernos de acuerdo—, y lo de ahora es normal, fue la adrenali