— ¡¡¿Qué tú qué?!! –pega el grito al cielo la rubia, mirándome con reprobación — ¿Comprometida con… Sebastián? – Les he contado la historia más de tres veces en esta noche y siempre es la misma respuesta, las mismas preguntas y la misma reacción. ¿Tan difícil es asimilarlo? ¡Obvio! Es complicadísimo sin una razón coherente. — ¿Cómo puede estar de acuerdo tu padre con este absurdo compromiso? –Lía parecía pensar en voz alta, demasiado alta. — ¿Mi compromiso te parece absurdo? – Incrédula y nuevamente decepcionada me dejo caer sobre el sofá en medio de la sala de la mansión. Con la mirada en la nada llevo mi mano sobre mi pecho y exhalo profundo, no podía creer que el tema sería el detonante de una discusión entre nosotras. — Es la mejor noticia de mi vida y tú reaccionas como