Un anillo, una cárcel y un testigo, era todo lo que conmemoraba aquel momento que estaban viviendo Ethan y Kendall, resultaba que sí, ambos chicos habían hablado y habían tomado la decisión de dejar el pasado atrás y volver a comenzar, sabiendo que no habría nada que se interpusiera entre ellos dos, sus enemigos se habían acabado por fin y nunca la libertad se había sentido tan real como en aquel momento En aquel instante eran el uno contra el otro, eran ellos dos los únicos que se podían destruir y del mismo modo cuidarse, todo estaba entre sus manos, ya no estaban los Vikingos, o Wendy, ya no estaba Cristhian, o Britney, Ethan había encontrado a su hermano, y Kendall había aprendido a vivir consigo misma, ya no estaba Sam ni nadie más que pudiera amenazar aquello que estaban a punto de