El reloj acababa de marcar las seis en punto, el ambiente estaba cálido y al fondo de la ventana el sol empezaba a dar su adiós con un colorido paisaje de azules, naranjas y violetas que se pintaban en el cielo dándole la bienvenida a la noche, abajo un auto sonaba el claxon con fervor, como si eso fuera a hacer que en realidad el tráfico dejara de ser un asco, habían pasado ya cinco aviones en los últimos cinco minutos, y Kendall podía jurar haber deseado estar en cualquiera de ellos justo en ese momento
La oficina de Paul era demasiado aburrida para alguien de su edad, y sobre todo, de su apariencia, Paul parecía recién salido de High School Musical, película de la que de hecho, Kendall fue siempre muy fan, sus brazos se marcaban contra la bata blanca de algodón que llevaba, y la chica
