Ethan entro en el salón abandonado en el que Arthur nuevamente lo había citado, y entonces, tras dejar caer la maleta negra que guardaba todas sus pertenencias, y alguno que otro recuerdo, camino con sigilo hasta donde el hombre mayor que se encontraba fumando un puro, como si aquello se tratase de una simple reunión de amigos, y no de casi una sentencia que Ethan había prometido pagar -¿Quieres uno, hijo?- Le pregunto Arthur tendiéndole un paquete de puros que Ethan miro con incredulidad -No, y agradecería que dejaras de llamarme hijo- Sentencio, no era como si el hecho de que hubiera aceptado el trato cambiase las cosas entre ellos dos, porque para el chico, Arthur era nada mas que su verdugo, y sabía que tal sentimiento iba a seguir siendo el mismo por lo menos hasta que aquella