—No puede ser… —paso mi mano por mi cara —Señora, ella no tiene porque disculparse. Nuestra hija solo se defendió y me parece bien que ella lo haya hecho. —ella iba decir algo mas y la interrumpo —Como puede observar, ni siquiera a mi hermano le importa. —ella lo ve y el sigue ignorando la conversación —Asi que deje el tema que ya no tiene importancia.
—Perdon hijo, pero mi esposa tiene razón. Ese no es el comportamiento de una niña. Nuestra Zoe jamás hizo algo como eso, si la niña es asi es por el ejemplo de la madre que se encarga de la educación de los niños.
—Entiendo que esa es su opinión como la cabeza de su familia y la respeto —el parece complacido con lo que digo —Pero ella forjó una familia conmigo y yo, soy la cabeza de esta familia. —el se disgusta —Y como tal respeto las decisiones que ella tome con nuestra hija, o con las decisiones que tenga sobre esta familia.
—Ella es una chica ignorante que aun necesita un escarmiento, jamás quiso recibir nuestros consejos como lo hizo y sigue haciendo nuestra Zoe de ser una buena esposa… siempre fue una tonta rebelde…
—Señor Villanueva, le voy a pedir que modere su forma de expresarse de mi esposa —exclamo tajante haciéndolo guardar silencio —No tiene ningun derecho de expresarse asi de mi esposa, ustedes son solo invitados en esta casa y si ella lo dispone puede echarlos a la calle como unos perros asi como ustedes lo hicieron en el pasado.
Toda mi familia se queda con la boca abierta cuando dije eso.
—Abel, basta —me pide ella nerviosa. —Por favor.
—Lo siento Victoria, pero mi paciencia llegó a su limite. —dije en voz alta para que me escucharan —Lorie, Isabel, retiren a los niños de la meza. Nadie se mueve —¡Ahora! —ordené alzando mi voz y ellas respingaron sobre sus lugares y se levantaron enseguida llevándose a sus hijos a sus habitaciones y el esposo de Lorie sale antes de que se le pida. —Violet, ve con tu tío Carter y tu abuela.
—Pero… —le doy una mirada severa —Si papá.
La servidumbre sale detrás de ellos, me levanto y cierro con seguro la puerta para que nadie entre.
—Voy a hacer tres preguntas y quiero que responda señor.
—Adelante —dice
—¿Victoria es su hija biológica?
—Por supuesto.
—¿Ama a sus hijas por igual?
—Claro que si.
Me levanto molesto de mi lugar.
—Papá —habla ella —No mientas.
—Jamás miento.
Acaricio mi barbilla frutrado y me paseo detrás de ellos.
—Si su hija, Zoe, hubiese salido embarazada también, ¿la habrían echado de casa asi como lo hicieron con Victoria? —el señor y la señora se ven las caras dudando
—Si. —miente. —Pero conocemos perfectamente a nuestra querida Zoe, ella jamás se entregaría a un hombre de la forma tan vulgar en que Victoria lo hizo.
—Ella lo hizo por amor a mi. —respondo mintiendo ya que no soy ese hombre. —Y yo respondí por ella cuando me buscó porque la amo de la misma forma.
—Y es lo menos que pudo hacer después de deshonrarla. —dijo su madre nerviosa —El honor en nuestra familia es lo mas importante.
—¿Honor? —repito con diversión. Observo a la chica que no me ha quitado los ojos de encima y que se ha mantenido callada todo este tiempo —Señora, por favor. Le aseguro que hasta su amada hija Zoe, ya no posee ese honor del que esta hablando. —me acerco a ella y tomo su barbilla con rudeza en compañía de una sonrisa socarrona —Conozco a las chicas como su amada hija, siempre esconden sus garras para parecer frágiles y ser las hijas perfectas ante los demás
—¡¡Como se atreve a tocar a Zoe!!
El señor Villanueva me empuja lejos de ella y me rio por ello.
—Señor, si sigue así, se llevará una enorme decepción en el futuro.
—El que se llevara una decepción en el futuro serás tú. Como has visto que zoe no es como ella…
—Oh claro que no es como ella. —dije con diversión —Porque si fuera como su hija favorita, jamás me habría fijado en ella.
—¡Como se atreven!...
LEA
Yo ni siquiera pude meterme en la discusión porque él se encargó de todo sin necesidad de que yo interfiriera, él me defendió de mis padres. Poseía tanta seguridad y autoridad que yo me quedé congelada y no quise meterme, solo pude escuchar todo.
Lo observo desvestirse mientras aun mantiene su calma pero su ceño fruncido me dice que no esta muy feliz. Todo este tiempo nadie me defendió ni siquiera mis padres, siempre le daban la razón a mi hermana menor. No se que fue lo que pasó como para que él la catalogara como una chica fácil
La autoridad que tuvo al sacar a todos en cuestión de un minuto me dejó con la boca abierta porque creí que jamás volvería a ver a ese Abel enfadado o autoritario cuando lo sacan de sus casillas.
Después de la tremenda discusión, el me dio la ultima palabra, mi decisión de si se quedaban o los echaba a la calle para que durmieran en la calle porque él no les daría ni un centavo para un hotel. Claro que mi madre y hermana reaccionaron enseguida diciéndome de que no seria capaz de hacerle eso a su familia, no les dije nada, simplemente salí de ahí y él me siguió detrás dando por terminada la discusión que arruinó la cena de la familia.
Por supuesto que no tengo ese corazón tan frio como para echarlos a la calle en un país al que no conocen por eso le dije a una de las empleadas que los llevaran a su habitación para que no molestaran a nadie mas con sus discusiones.
—¿Estas segura de tu decisión? —Abel me pregunta mientras me mira por el reflejo del espejo del armario.
—No soy como ellos. —fue lo único que pude decir pero veo que sigue molesto. Me acerco a él y planto un beso en su mejilla izquierda —Gracias. Yo no habría podido manejar la situación así como lo hiciste tú.