Su expresión es de sorpresa.
—Por poco y te mueres hablar como una lora sin parar. Además, ¿Quién dijo que sería falso?.
—¡Qué! —grité desconcertada —¡Y encima tiene que ser real! —muevo mi dedo índice en negativa —El matrimonio no va conmigo y menos con un ególatra que mete su v***a en la primera mujer que le abre las piernas.
—Debe serlo o de lo contrario no me servirá y sabes que lo que no me sirve lo desecho.
—Por experiencia propia, claro que lo sé.
Rueda sus ojos al sentir mi forma sarcástica de responderle además que lo dije por mi.
—Mira, solo diremos que, no querías que supiera que era el padre de la niña porque me conoces perfectamente y sabes que la idea de un hijo no estaba en mis planes y que no cambiaria mi estilo de vida solo por un error de una noche.
—Aja, y mágicamente se dio cuenta de la existencia de su “hija” y por eso se casa con su madre, por obligación —frunzo el ceño —Si al menos usara la cabeza se detendría a pensar bien que es un estúpido plan que nadie va a creer.
—Mujer, escucha, cuando pregunten, lógicamente sabrán que, a pesar de todo, soy un hombre responsable y que al ver a su hija maduró, —¡Ash!, porque me aburre tanto escucharlo hablar, —Será una ceremonia rápida.
—ah baba seda una ceremonia rápida —murmuro remedándolo.
—¡Deja de remedarme que solo estoy haciéndote un favor a ti y a esa mocosa sin modales!.
—¡Ja! Ahora resulta que me esta haciendo un favor a mí, no joda, ¿no será al revés? —ladeo una sonrisa retorcida. —Soy yo la que está haciéndolo un favor tarado.
—¡Oye! No es porque yo quiera casarme contigo, solo es por conveniencia de ambos, yo obtengo lo que quiero y tú un buen pago con bonos que nadie podría obtener en su miserable y pobretona vida.
—Do tengo lo que quero y tú un buen pago con bonos…
—¡Deja de burlarte de mi! —grita rabioso conteniéndose —¿Crees que quiero esto? Yo jamás me casaría con una desaliñada y gorda como tú.
“Eso… si me dolió y se dio cuenta de ello”
Pasa su mano por su cara al ver que me afectaron sus palabras.
—Ahora entiende que no va a funcionar su estúpido plan. —dije sintiendo la herida de sus palabras —Será mejor que busque a alguien mejor que yo y que no sea desaliñada y gorda.
No me dolió que sea el quien lo dijera si no que, lo dijera con esa repulsión y asco, no debería de dolerme porque es algo que se supone que ya no me interese, pero al parecer aún tengo esa debilidad por los insultos, abren esa vieja herida que nunca se cerró desde pequeña. Mi madre dijo que jamás fui gordita, solo era diferente a las demás, mi desarrollo era más rápido y por eso me veía diferente.
—¿Crees que no he buscado mas opciones?, lo he hecho. pero tú eres la única a la cual pueden creer que esta farsa seria real.
—¿Por qué?
—Porque eres la única que me conoce perfectamente, mis alergias, mis gustos, mi tiempo… nadie se adaptaría mejor que tú. —aun así, no tengo porque aceptarlo —Prometo que te llamaré por tu nombre.
—¿Y cuál es mi nombre?
—¿Lina verdad?
—¡Es Lea idiota!. —dije cabreada. —Mire, usted mismo lo acaba de decir, lo conozco perfectamente y por eso sé como todo el mundo que jamás estaría con alguien como yo, así que nadie creería esta farsa. Pero si seré su esposa entonces debe llamarme por mi segundo nombre.
—¿Es victoria no es asi?
Eso si no lo esperé.
—¿Cómo lo sabe?
—¿Importa? —respondo que si —Dios, porque le buscas tantas patas al gato. Mira si quieres aceptarlo dímelo ya y si no, lárgate y sigue arriesgando a tu hija en las calles y más ahora que no tienen un techo. Pero Grábate esto, las buenas oportunidades solo se dan una vez en la vida.
“Por muy mierda que sea, tengo que aceptar que tiene razón”
—Bien.
Tenía razón era una oportunidad única en el mundo que no podía desaprovechar así que acepté, pero le dije que debía explicarle a mi hija lo que planeaba y que no le sorprendiera si ella se aprovechaba de mas a su propuesta.
—A alguien tenia que salir de ambiciosa verdad.
Hago un gesto de desagrado por su mal comentario. Acomodo a mi hija en el sofá y escucho que me pregunta por lo que dije anteriormente de que si fue mentira lo que dije sobre estar enamorada de él y no pude evitar burlarme solo una tonta y desquiciada tendría los ovarios para enamorarse de él, es guapo no lo negaré, pero eso es todo.
—¿Segura que nunca soñaste conmigo de alguna forma distinta? —masculla de forma juguetona
—¿Cómo de qué forma?
—Sexo.
Suelto una carcajada ya que los únicos sueños que he tenido con él son cuando me doy el placer de verlo arrodillado a mis pies suplicándome perdón o como cuando soñé que lo atropellaba con un auto.
—Pueda que sea apuesto y de buen porte, pero para mi sigue siendo el odioso hombre que hace de mi vida un infierno. Ni, aunque me besara o tuviéramos sexo, nada me haría calentarme con… tigo, Abel.
—Una mujer siempre habla demas porque jamás ha tenido la oportunidad, pero si la tuviera…
—Jamás pasará. —sentencio —Ni se me apetece. En fin. Antes de que Violet despierte…
Sentí que me tomaron de mis brazos para ponerme de pie, me encuentro con los ojos de Abel mirándome fijamente, le pregunto qué tramaba, pero él se me acercaba demasiado y mi instinto me grita retroceder, pero no pude hacerlo mas por culpa de la pared.
Su mano derecha baja de mi mejilla hasta el inicio de los botones de mi casa, estaba paralizada porque si era un juego no me estaba gustando.
—Y si te digo que yo si he soñado contigo haciéndote mía
Su aliento cerca de mis labios me hizo darme cuenta que no le apesta al contrario, huele a menta así que desvío mi cara porque no iba a caer en sus tontos juegos, pero sentí su respiración ahora se encontraba en mi oído
—Lo que sea que tramas, no va funcionar.
Mi piel se eriza cuando sopla cerca de mi cuello. Rechino mis dientes cabreada y lo miro a los ojos.
—Suéltame Abel —advierto. Sus ojos azules me miran de forma traviesa —No lo repetiré.
—Sabes… en ese sueño, te vi desnuda seduciéndome sobre mí. —pone ambas manos a cada costado de mi cabeza —Te daba tan duro que escuchaba tu voz diciendo mi nombre y pidiendo más.