Lentamente fui recuperando el conocimiento, mis ojos se fueron abriendo con lentitud y lo primero que capté fue el rostro de Damian, que me miraba con preocupación.
—¿Dónde estoy?
Fue lo primero que pregunté a la vez que sentía como mi corazón se oprimía al recordar lo que había pasado antes de quedarme inconsciente.
—Tranquila, estamos en el salón, la enfermería estaba ocupada y pues… ahora todos los de nuestra clase están en educación física, así que este lugar estará solo durante los próximos minutos.
Suspiré pesadamente y me fui incorporando, terminando por sentarme, fue entonces que me di cuenta que estaba en mi asiento doble y había usado las piernas de Damian como almohada.
—¿Cómo te sientes?
—Bien… algo mareada pero ya pasará —musité con cierta desconfianza, a la vez que me
