—Por supuesto—digo lo más calmada posible. Los ojos de Derek me miran expectantes.
—¿Por qué te parece inverosímil que me gustes?
—No lo sé ¿Será porqué nunca mes has invitado a salir? —¡cállate Nerea! Derek. Chasquea los labios
—En más de una ocasión quise hacerlo, pero pensé que no estabas interesada.
—No lo estoy—miento descaradamente. Sonríe abiertamente. ¿Tres sonrisas en una noche?
Es un récord.
—Si no estas interesada ¿Por qué te has puesto celosa de mi hermana?
—¡Ja! quisieras tú—susurro mirando alrededor y darme cuenta que varias personas nos miran—¿Podrías dejar de invadir mi espacio? —el calor de su cuerpo me envuelve haciéndome sentir algo confusa.
—¿Te asusto?
—Para nada, pero creo que estamos llamando la atención —sonrió sin poder evitarlo al ver su ceño fruncido.
—Tienes una sonrisa muy hermosa—murmura su mano se posa en mi cintura y aprieta ligeramente —Dime Sweet ¿tus labios son tan dulces como tu sonrisa?
Lanzo una carcajada ante sus palabras.
—¿Quieres averiguarlos? —inquiero divirtiéndome con la situación. Niega.
—Dijiste que no estás interesa—se aclara la garganta—nunca te forzaría a algo que no quisieras— su comentario tiene la intención de divertirme, pero cuando la palaba se filtra en mi mente me yergo.
Salgo de su agarre y me alejo rápido dejándolo sorprendido.
—¿¡Qué demonios!? —lo escucho murmurar— Nerea—me habla desde atrás, pero me alejo.
Escucho como Maddison lo llama y al parecer lo retiene porque me deja avanzar.
—¿Qué diablos fue eso? —Fanny llega hasta mí.
—Ahora no— murmuro.
—Bien, pero me tendrás que contar que te dijo para que salieras como alma que lleva el diablo.
—Fanny —digo en tono de súplica.
—Está por comenzar la cena—Carlos llega hasta nosotras serio— Busquen sus asientos —Indica antes de alejarse.
—Creo que acaba de darse cuenta de que no tiene oportunidad contigo —murmura observando a Carlos alejarse— ¿Qué? —pregunta al ver mi gesto ceñudo—Solo le falto levantar la pata y marcar territorio.
—Oh. cállate—murmuro resoplado mientras me alejo y busco mi lugar.
Es una mesa para seis personas, entre ellas Carlos, Fanny, Nancy, Derek, Laura y yo.
Miro alrededor y veo a Derek junto a una mesa. Allí esta Maddi y su esposo con dos parejas más. Una de las parejas es algo mayor.
La mujer mayor me estudia. Sus ojos verdes me miran con curiosidad. De inmediato desvió la mirada y veo a Carlos tomando asiento.
La comida fluye sin problemas. De entrada, sirvieron gazpacho. El plato principal fue un salmón con espárragos y ensalada con una vinagreta de manzana. Todos estábamos relajados y se respiraba un aire de alegría.
Durante la cena, Derek estuvo callado y solo respondía cundo se le preguntaba algo en concreto. Parecía inmerso en sus pensamientos. No me paso desapercibido que cada cierto tiempo me veía. Cuando nuestras miradas se encontraban podía sentir la frustración que sentía.
Cuando terminamos de dar cuenta al postre. Un tiramisú. Carlos subió al escenario. Era la señal para que los que asistiríamos a la subasta de cena lo acompañáramos.
Me levante de mi asiento junto a Fanny. Esta se adelanto y Derek se sitúa a mi lado.
—Oye. Siento si dije algo que no debía—murmura mientras recogemos los números.
—Yo soy la que debe disculparse —digo sintiéndome un poco mal— Es solo que me tomaste por sorpresa.
Asiente. y veo que se relaja.
—Entonces ¿Estamos bien? —asiento. Toma el número que le corresponde. Cuatro, el mío es el seis.
—Esperemos que esto no sea un desastre— murmuro.
—Estarás bien Sweet —me guiña. Pego el número en la cadera y él lo hace en la solapa de su traje.
—Hablo en serio cuando dije que me gustabas.
—Nikolai está a punto de matarme —susurra una voz llegando hasta nosotros. Derek voltea a la mujer que lleva un vestido n***o corte imperio con cuentas alrededor de su cintura, el cabello castaño está en un recogido de lado.
—Nerea. Ella es Amatista Kozlov —anuncia Derek. La recién llegada se pone el número dos en el mismo lugar que lo hice yo y me mira sonriendo.
—¡Hola! —dice risueña.
—¿Tendrás problemas por hacer esto? —cuestiona Derek
—Está a punto de ahorcarme —se encoje de hombros, Pero sabes que él no puede decirme que no.
Es cierto. El hombre es como arcilla en las manos de Amatista y de su pequeña hija Stella. La niña de tres años que es Kozlov hasta la medula.
Carlos comienza a hablar y Fanny es la primera en subir su sonrisa es deslumbrante y por un momento quisiera que su novio Alfonso estuviera aquí y viera lo que se esta perdiendo por idiota.
La dinámica es sencilla, la puja en un principio era cerrada pero después de discutirlo, a ultima hora se decidió que se haría pública.
Perfecto. Así la humillación seria completa.
De la nada siento que rozan mi mano. Al bajar la mirada veo la mano de Derek entrelazándose con la mía para tratar de calmar mis nervios.
Trato de ignorar los latidos erráticos de mi pecho.
La puja comienza en mil dólares y poco a poco sube para cerrar en cinco mil dólares ofrecidos por un hombre de cabello castaño que no distingo bien.
La segunda es amatista de inmediato escucho que ofrecen dos mil. Es un hombre algo mayor con el cabello encanecido.
—Cinco mil —ofrece un hombre rubio de ojos verdes mientras le lanza una mirada de cabreo al hombre mayor.
—Ese es Nikolai. El marido de Amatista —susurra Derek y ríe entre dientes.
El hombre mayor ofrece seis y Nikolai ataca con ocho. Otro hombre a parte del hombre mayor ofrece diez.
Miro a Amatista y la veo divertida a costa de su marido.
—Quince —La voz de Nikolai es fría y les echa una mirada de desafío al par de hombres que se encojen de hombros.
—¡Adjudicada por quince mil dólares! al caballero de la mesa tres—Amatista le lanza un beso con chulería. Este me sorprende al poner los ojos en blanco y murmurar.
Una de las chicas que no conozco sube y después de que Carlos haga su presentación comienza la puja que cierra en seis mil.
Las personas están donando por una buena causa y eso hace que me sienta mejor.
Derek suelta miman cuando es su turno.
—Derek Scott. Es uno de nuestros colaboradores—Carlos mira al público.
—¡Cinco dólares! —grita un hombre de la misma mesa que Maddison. La compañía en la misma ríe. El hombre es rubio y junto a él hay una mujer de cabello castaño claro que le da un manotazo en el brazo.
—Cabrón —dice entre diente Derek en tono divertido.
—No Marcos. La subasta comienza en mil dólares —Carlos ríe.
—Dos mil dólares—levanta la paleta una mujer un poco mayor que yo. Su vestido blanco no deja mucho a la imaginación y mira a Derek como si fuera su próxima presa.
¡Rayos!
Derek permanece de pie con una sonrisa estudiada y mira su entorno.
—Dos mil quinientos—dice otra.
—Cuatro mil —insiste la mujer del vestido blanco.
Otra se suma y veo con incredulidad como Derek llega a los ocho mil dólares. La mujer de blanco esta claramente en una batalla que no piensa perder. Mira al frente y levanta la paleta.
—Diez mil dólares
—¿Diez mil quinientos? —dice Carlos. La otra mujer niega y deja su paleta en la mesa.
—¡Adjudicado por diez mil dólares!
Los aplausos llenan el salón.
—Ahora es el turno de Nerea—anuncia Carlos. Subo los escalones hasta el escenario y me detengo donde todos lo han hecho—Nerea Collins—anuncia Carlos.
Cuando me fui hace años también cambien mi apellido para que no supieran de dónde vengo.
—Ella es una de nuestras colaboradoras en la fundación. Imparte clases de arte y pueden ver una muestra en las obras expuestas antes—mira a los presentes—Comenzamos.
Un hombre mayor levanta la paleta.
—Tengo mil ¿Quién ofrece dos mil?
—Dos mil —dice otro.
—Tres mil —miro para encontrarme con el hombre que le hizo la broma a Derek. El hombre que Carlos llamo Marcos.
—Cuatro mil quinientos —dice otro.
—Seis mil— Marcos levanta la paleta con actitud presuntuosa.
—Siete— responde el hombre que tiene edad para ser mi abuelo. Miro algo incomoda a los lados y veo a Derek junto a los antes subastados. Está atento a la puja.
—Diez mil —El rubio contrataca.
—Trece mil dólares
—Sube más —escucho murmurar frustrado a Derek, pero no entiendo a quien se refiere
—¡Veinte mil! —abro los ojos al escuchar el tono divertido del tal Marcos.
El hombre mayor hace un gesto de que esta afuera y baja la paleta.
—¡Adjudicada por veinte mil! —Anuncia Carlos —Gracias por sus contribuciones. Disfruten el resto de su noche.
Sin esperar, bajo de escenario.
—¿Estas bien? —Derek me intercepta.
Asiento algo confundida.
—Eso fue interesante —una risa nerviosa brota de mi—¿Sabes quién es el hombre que pago por una cena conmigo? —inquiero.
—Es mi hermano y a su lado estaba su esposa Victoria—doy un paso hacia atrás.
—¿La esposa lo dejo pujar por mí? —pregunto.
—Vicki cortaría cada extremidad de mi hermano si hace algo así—niega—El hizo la puja por mí ¿De verdad creíste que te iba a dejar cenar con alguien más?
—Tú si lo harás.
—No te preocupes. La conozco, es una vieja amiga—dice en tono plano.
—Chicos. Carlos me acaba de decir que se vendieron todos los cuadros—Fanny dice emocionada.
—¿Quién los compro?
—No se sabe. Los ganadores de la subasta recibirán sus cuadros, pero no sabremos quienes son, a excepción de Carlos.
—¡Eso esta muy bien! —exclamo—me refiero a lo de la venta —murmuro —Por cierto ¿Quién es el hombre que pago por ti para una cena?
Ella se sonroja un poco.
—Me dijo que se llama Matteo Uzcátegui.
—Es mi primo —Anuncia Derek dejándonos a Fanny y a mi sorprendidas.
—Está bien. Eso no me lo esperaba—dice mi amiga—Voy por un trago— murmura antes de dejarnos solos.
—Antes de que nos vuelvan a interrumpir—dice este—Me preguntaba si querías salir mañana conmigo. Pero si no quieres esta
—Si—lo corto— Me gustaría salir contigo.
Parece contento con mi respuesta.
—Te aseguro que la vamos a pasar bien Sweet.
Le soy una sonrisa que el me devuelve.