Me remuevo en la cama. La luz de la mañana se filtra por mi ventana. Anoche nos quedamos viendo una película en mi sofá. Apolo hizo su camino hasta los pies de Derek y se había echado sin remordimientos. No sé en qué momento me quede dormida. ¡Mierda! Intento ponerme de pie, pero hay un brazo que me retiene. —¿Qué coño? —¿Sabes que hora es? —murmura la voz adormilada de Derek llevándome de nuevo a su cuerpo. —¿Qué paso? —inquiero quedándome quieta, mirando su brazo en mi cintura. Llevo mi ropa de anoche así que eso es un buen comienzo. Me doy la vuelta para encontrarme con los ojos azules de Derek. No lleva camisa y la sabana lo cubre perfectamente. ¡Dios? esto si es un espectáculo. El hombre está bien construido. —Buenos días Sweet —dije en voz baja —Anoche te quedaste profu