En mi vida siempre me he caracterizado por ser una persona leal de una sola pieza. Lo que él me dice no tiene cabida en lo que soy. En mis principios. Niego y siento cómo un frío se apodera de mí. Su nombre resuena en mi cabeza porque es el mismo nombre que hizo que Raphael se volviera arisco. La sonrisa de Portia… ¡No! ¡Yo no soy una persona desleal! «Cuando desperté estaba segura de que no tenía a nadie y ahora resulta que no solo tenía marido, sino que presunto amante». —Keira, respira, ¿sí? —Reacciono cuando siento su toque contra mi piel y me alejo. —No sé quién eres, pero yo no tengo amantes. —Sentencio con claridad y tono confiado. —Sé que tuviste el accidente, pero digo la verdad. —Niego. —¡¿Qué coño haces aquí?! ¡Raphael! No me da tiempo a reaccionar porque pasa a mi lado