CAPITULO 1

1163 Words
Camino por la alarida ciudad de Roma,  a pesar de su bullicio es un lugar muy hermoso, con sus grandes casas y sus hermosas estructuras arqueológicas. Italia es preciosa, un lugar perfecto para vivir, pero en mi caso solo estoy aquí para “estudiar”. -Valla esto sí que se llama no tener nada que hacer- frunce el ceño. -¿Qué?... -Sabes la falta de televisión e internet que deben de haber tenidos esos romanos para hacer de esa muralla tan grande y de paso incompleta. -Esa es la infraestructura Edy… además no es muralla se llama Coliseo- la veo tomarle foto de todos los ángulos. -Ash por favor, es enserio, tan solo míralo… -Eso hago. Según cuenta la prehistoria, se derrumbó la otra parte hace años atrás. -Tú y tu cerebro Nani- respondo, dándole caso omiso. -Más bien tú y tú falta de juicio- me encojo de hombros. -Bueno no es para que te enojes, “diría el chavo del ocho”- empezamos a reír, tomamos fotos de todo lo que vemos, hace unas semanas que llegamos, y hemos estado dialogando y recorriendo la ciudad antes de comenzar la universidad. Nos hemos ganado una beca en “Università Degli Studi” bueno yo metí el papeleo para la beca aquí, pero Elianny lo había hecho para Harvard. Pero como hicimos ese pequeño cambio, ella le toco que también enviar sus papeles para ver si la aceptaban, pero como sus notas son tan… mucho mejor que las mías, por así decirlo, le llego la respuesta primero que a mí. Bueno el caso es que estudiaremos aquí, las clases empiezan el mes que viene, por lo que tenemos tres semanas de disfrute por la ciudad. Llegamos al apartamento que mis padres alquilaron para nosotras. Decidimos preparar algo para comer porque lo único que hemos comido en todo el día son unas donas de frambuesa. Me estoy pintando las uñas de los pies de color rosa, cuando veo como una almohada voladora hace que me mueva a un lado,  miro a mi amiga con el ceño fruncido, me quito los auriculares. -Pero que diantres te… -Llevo llamándote por horas, ya está la comida- da media vuelva y se sienta en la pequeña mesa redonda, suelto un suspiro frustrado. Me levanto dispuesta a ir a comer cuando decido llevarme la almohada conmigo, sonrió malévola, y la escondo tras de mí, ella está concentrada comiendo cuando le lanzo la almohada y le caigo a almohadazos. -Edymar Roselyn Fernandez Herrera…- la veo transpirar por la nariz, sonrió inocente para luego salir corriendo entre carcajadas. “La vida es la locura de los humanos, y el destino el principal factor de la vida de una persona” Como mi delicioso panqueque con queso y mantequilla, mayormente viniendo de una madre latina nacida en Venezuela tiene cierta forma de comer muy diferente a España, padre siempre dice que me parezco a él pero soy igual que madre, incluso en el temperamento. Hace tiempo cuando apenas tenía catorce años descubrí mi amor por la literatura desde entonces decidí ser escritora. Vendo mis libros por línea y gano lo suficiente para darme mis gustos, y poder tener un arsenal enorme de libros de todo tipo, mis favoritos son de romance, el amor y su alocada forma de llevarlo al extremo. Suspiro agotada de tanto escribir, y decido levantarme para ir a darme una ducha, hoy fue un día largo, tanto para Nani como para mí. Entro a mi habitación y tomo el preciado baño para luego continuar con mi trabajo. Quiero hacer un nuevo libro que llame la atención de mis lectoras, por lo que hecho cabeza por alguna idea, mientras canto “Toca toca de fly projet”, mi música favorita comienzo a divagar en mis pensamientos de nuevo. Aquellos ojos mieles, esos labios gruesos y apetecible, ese cuerpo tatuado y bien ejercitado, de solo pensarlo me éxito pero esta vez no decido jugar. Abro mis ojos, pego mi frente a la baldosa de la pared, harta, hastiada de soñar con alguien que simplemente jamás de los jamás será parte de mi vida, solo es un capricho un sueño de niña pequeña. Los famosos jamás se mesclan con la plebe, ellos siempre se emparejaran entre ellos, siempre ha sido así, eso jamás cambiara.     Caminamos por la enorme ciudad buscando trabajo, por los momentos hemos metido currículo en una tienda de ropa, pero necesitamos algo que nos dé mucho más que eso. Aunque paro mí no es muy necesario gano suficiente con los libros para poder sobrevivir, pero a pesar de ello, Nani y Yo tenemos metas muy alocadas, por lo que necesitamos de suficiente dinero para viajar por el mundo.   Iba tan entretenida viendo una revista de Piero que no vi que choco con alguien. Mi revista cae, maldigo por lo bajo mientras me agacho a recogerlo.   -Disculpa…- levanto la vista, un chico rubio de ojos tan claros como el agua marina me mira con las mejillas sonrojadas, arqueo una ceja.   -No es nada hombre…- hablo en un atropellado italiano, a pesar de ser española decidí estudiar varios idiomas por Duolingo una app gratis por internet. Aunque aún estoy mejorando el inglés, un idioma al que no le tengo mucho aprecio. Me levanto mirando hacia los lados, y me doy de cuenta que Nani no está. Suelto un pesado suspiro. El chico aun me mira apenado.   -Andas con alguien- pregunta con ese asiento peculiar.   -Si…- respondo sin darle mucha importancia, abro mi mochila y meto mi revista.   -Si quieres te acompaño a buscarlo- pregunta, lo miro de arriba abajo, me encojo de hombro.   -Va bene… (Está bien)- vuelvo a responder, él sonríe, y yo empiezo a caminar y mirar hacia los lados.   -Mi nombre es Santiago Fagelo, mucho gusto- extiende su mano, la miro pero no se la doy miro a todas partes, pero no la encuentro, “me cae el champles, joder”- Am cuál es tu no…- me detengo para mirar al chico.   -Mi nombre es Edymar Fernandez, un gusto, pero no tengo tiempo para presentarme como tal, ahora niñito ayúdame a encontrar a mi amiga- busco mi móvil, la llamo pero no responde, por lo que decido mostrarle una foto al chico- vela bien y ayúdame…- el asiente y empieza junto conmigo a buscar a mi amiga.   Horas buscándola, me rio internamente, “si una escritora no es dramática, no es escritora”, es juego no llevo horas buscando solo pasaron cinco minutos, cuando la encuentro en una librería revisando los estantes.   -Hasta que al fin te encuentro- suelto un suspiro de cansancio, ella me mira entre rizas.   -Andabas tan distraída que no te diste de cuenta que no estaba a tu lado.   -Si seréis tonta, casi me da un patatús, buscándote por todas partes.   -Y yo la ayude- los ojos de Nani se van al muchacho y luego me mira a mí. -Quien es este- pregunta en español, me encojo de hombros.   -Me lo conseguí en el camino- respondo, ella sonríe negando, le extiende la mano al joven.   -Buongiorno ragazzo- el joven sonríe, y la saluda.   -Santiago Fagelo…   -Elianny Santanela- se presentan.   -Bien, creo que ya es hora de irnos- murmuro, Nani me mira, y luego señala la estantería del otro extremo. Miro hacia donde esta y una sonrisa dibuja mi rostro…  
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