– Duquesa Carsley, lord Carsley, bienvenidos. En ausencia de su esposo, la duquesa aceptó las alabanzas y Charles dirigió su vista hacia las mesas buscando a Elena. – Sin importar qué planes tengas – dijo la duquesa al girar y acomodar el cuello de su saco – sé un invitado amable y compórtate. Lo que su madre quería decir era que no perdiera el tiempo solo bebiendo o platicando con sus amigos y que debía invitar a una joven a bailar, él aceptó sin dejar de buscar a la única mujer que le interesaba y no tardó en encontrarla – haré lo posible – le respondió a su madre y peinó una vez más su cabello. Por coincidencia Elena giró la vista y notó el andar tranquilo y elegante del joven que debido a su aspecto descuidado había logrado algo que parecía imposible, verse incluso más joven de lo