Crucé a toda prisa el amplio patio de juegos de la casa, intentaba caminar lo más rápido posible, pero me era muy difícil, debido a que mis pies se terminaban hundiendo en lo profundo de la nieve. Ni correr me era factible, en ese estado del suelo tan pésimo. Mi vista estaba totalmente borrosa a causa de las agrias lágrimas, sentí unos deseos inmensos de vomitar y gritar, pero no lo haría, en especial lo último, ya que no quería que Jack o alguno de los niños me viera de esa manera. Me escabullí por el inmenso bosque, anduve sin un verdadero destino en mente, solo deseaba estar lo más lejos de la gente un buen rato. No quería hablar, ni escuchar a nadie, en especial a Jack. Solo necesitaba pudrirme en algún punto sin salida, o por lo menos calmarme, lo que sucediera primero, a fin d