CONFESIÓN Abrí los ojos en cuánto sentí unos brazos tomarme de la cintura. Elder me subió a su hombro con una facilidad impresionante. —¡Bájame! —¿Qué demonios te pasa? —escuché que preguntó Wade. Pero Elder lo ignoró y salió de la habitación conmigo. —¡Elder, ¿qué es lo qué haces?! Bájame por favor —me removí pero era inútil. —Shh silencio —me manoseó el trasero. Pegué un grito ahogado sintiéndome nerviosa. —¡Tampoco te aproveches, idiota! —zanjé. —Tú y yo vamos a tener una plática muy interesante —dice mientras baja las escaleras. Los pasillos estaban vacíos así que no pude pedir ayuda a nadie que pasara cerca por ahí. —Elder, podemos hablar como la gente normal si me bajas. Es en serio, me estoy empezando a marear. —me llevé una mano a la cabeza. —Necesito que hablemo