Ese dicho que dice: “El corazón no razona con la razón” tiene tanta razón, valga la redundancia, Johann lo estaba comprobando. Si corazón lo obligaba a actuar impulsivamente, algo no muy propio de él, de un Dom con años de experiencia, acostumbrado a dominar, especialmente a si mismo, aprendió desde el inicio, tuvo que aprender de una gran Dominatriz, la mujer era implacable, en ella no reinaban los impulsos y eso se lo enseño a su aprendiz, dominar para no ser dominado, especialmente a él, debía empezar por ahí si quería poder mantener el dominio sobre otro ser. Acostado sobre su gran cama, con su ropa medio puesta, pensaba, recapitulando todo lo que pasó en la puerta del edificio donde vivía Sara, ¿Por qué sus impulsos fueron más fuertes que la razón? ¿Por qué las emociones habían hec