Sofía
Cuando estuve más calmada y luego de jurarles a los chicos que todo iba a estar bien, me llevaron a casa de Javier. ¿Si tenía miedo? Claro que no… las ofensas de Mateo me habían lastimado demasiado el corazón como para que algo pudiera ser peor en ese momento. Prácticamente podría asegurar que sentía el mismo dolor que cuando Javier me golpeaba, no podía comprender, que por muy enojado que estuviera, me dijera todas esas cosas horribles.
- Dónde estabas? (sentado mirando televisión, sin mirarme, sin gritarme)
- No es tu problema.
- ¡Sofía! (me miró… frené en medio de la escalera, pero no lo miré)… no vuelvas a hacerlo (dijo con demasiada calma)…
- ¡Tranquilo… mi amor! (subiendo a mi habitación).
Nada me importaba. Javier estaba raro… en
