Las horas se me han hecho eternas mientras trabajaba en los planos de los nuevos proyectos que tenemos por delante. Cruzarme con ella en la oficina se ha vuelto una tortura, lo único que quiero hacer cada vez que la veo es besarla, pero las palabras de David me persiguen y me convenzo de que disimular es lo que debemos hacer ahora. Afortunadamente, el reloj se ha apiadado de mi y ya el día laboral termino. Ella me pidió que me adelantara y que llegaría mi departamento en un rato, me dijo que debía hacer algo antes, pero por alguna razón no me quiso decir que era. Me he dedicado la ultima hora a cocina un pollo con papas al horno, no es un plato de principiantes, pero tampoco uno de expertos, me atrevería a decir que es un intermedio. Pongo la mesa, saco la botella de vino y mient