Compromiso.

2366 Words
Miro a través de la amplia ventana el espléndido atardecer. Observo cómo el sol, inmenso y majestuoso, se oculta para dar paso a la hermosa luna llena. Mis manos tiemblan sin que me dé cuenta; tengo la certeza de que estoy nerviosa. Elevo la mirada hacia el gran salón que se divisa a lo lejos y veo a las personas llegar. Decido dar la vuelta para no seguir sufriendo. Solo con pensar que hoy es el día, siento un nudo en el estómago. —¡Ah! —exclama Olivia al entrar—. Pensé que en este momento ya estarías en Nueva York. Sacudo la cabeza y suelto un suspiro largo y pesado. —Ojalá pudiera hacerlo. Ella asiente. —Vamos —me dice, golpeando la silla frente a mi gran espejo de maquillaje—. Tenemos que terminar. Camino en silencio. Olivia Wilson ha sido mi mejor amiga durante años. Nuestras madres también son grandes amigas. ¿Una coincidencia? No, para nada. Buddy, como le digo, sabe lo que va a suceder. —Oye —siento el pincel acariciar mi párpado—, cambia esa cara, no es tan horrible. —Te cedería mi lugar. Puedo imaginar su expresión. —Nah, estoy bien así. Sé que ella tiene un novio que eligió. Sus padres son maravillosos. No necesitan hacer estas tonterías. —Buddy, cállate y sigue con lo tuyo. Olivia se ríe entre dientes y continúa con el maquillaje. —Cambia esa expresión, cariño —susurra mi madre, llena de cariño—. No dejes que te vean así. La miro, y es como contemplar a una princesa en todo su esplendor. Juliette Leblac es la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Ni mi hermana mayor ni yo heredamos esa belleza. A veces pienso que es de otro mundo. Y no solo es hermosa por fuera; sus cualidades la hacen aún más maravillosa. Amable, cariñosa, honesta, amorosa… la lista es interminable. No logro entender cómo mi madre se fijó en mi padre; no es que sea feo, para nada. Es un hombre atractivo. Pero… Thomas Reynolds es frío, controlador, desconfiado y arrogante. —Mamá —interviene Romy, mi hermana mayor—. Es normal que esté así. Recuerda que es un proceso. Mamá vuelve a mirarme, su mirada se posa en mí por unos segundos antes de asentir y mirar hacia adelante. Romy me mira con ternura y me da un apretón rápido. —Todo saldrá bien. Asiento, sintiendo un nudo en la garganta. Escuchamos las presentaciones y cuando mencionan mi nombre, dejo de respirar. —Emma Reynolds. Mamá me tendió la mano y por un instante dudé en dársela. Reuní valor, miré a mi madre con un gesto de asentimiento y, con ella a mi derecha y Romy a la izquierda, entré al gran salón, decidida a terminar con esta ridiculez. Los aplausos resonaron por toda la sala. Mientras avanzaba, no podía dejar de observar a mi padre. El señor Thomas Reynolds, con su mirada fría y calculadora, sabía de inmediato mis intenciones y nervios. Solo una mirada de él fue suficiente para hacerme dudar de mi plan. No podía escapar de esto. Al llegar a él, vi que contenía una sonrisa, algo que no me pasaba a mí; yo tenía que fingir una sonrisa, esa que he practicado durante años. Me sumerjo en los recuerdos para no salir corriendo. *** —Mami, ¿tengo que hacer lo mismo que Romy? Mi madre me alza en brazos y me lleva hacia el gran rosal que ella misma cuida con esmero. —Emma, mira qué rosas tan espectaculares. Mis ojos se posan en las rosas negras, las que mi padre trajo de un viaje a Turquía. —Esas rosas significan amor eterno, un amor que va más allá de lo físico. Sabes que yo también tuve que hacer lo mismo que Romy. Siento un profundo dolor. —¿No querías a papá? Ella me mira con esos ojos azules como el cielo y me sonríe. —A diferencia de tu hermana, yo me enamoré de tu padre a primera vista. En el momento en que lo vi, supe que él iba a ser mi amor eterno. Suelto una risita. —Mamááá. Ella se sienta y me coloca en sus piernas. —Quizás a ti también te pase lo mismo que a mí. Niego con la cabeza. —No lo creo —recuerdo que Romy me enseñó a lo lejos a mi futuro esposo y no me gustó en absoluto. Es una mala opción. Ella sonríe, mostrando sus dientes perfectos y blancos. —Eso solo lo dirá el tiempo. Aún falta, mi princesa. Continuamos observando las hermosas rosas. *** —Emma —me llama papá, interrumpiendo mis pensamientos. No me había dado cuenta de que me hablaba. Estaba tan inmersa en mis pensamientos que no presté atención. —Sí, sí, señor —respondí rápidamente. —Ven aquí. Me tendió su mano y, sin protestar, la tomé. Al caminar, vi a su mejor amigo, Rodney Miller, con su hijo, Noah; lo miré atónita. Dios, es algo fuera de lo normal, es de otro mundo. Mientras yo soy delicada, pequeña y frágil, él es todo lo contrario. Fuerte, alto y frío. No hay otra forma de describirlo. Intento mantener mis nervios bajo control. Al llegar, Rodney sonríe de manera amable, pero su sonrisa no llega a sus ojos. Sé que es más falsa que la mía. A pesar de haber crecido con él, nunca lo vi como un tío; su maldad es evidente. —Emma, preciosa —me saluda. Sé que no se acerca a mí porque mi padre lo prohíbe; siempre ha sido desconfiado con todo el mundo, incluso con su propio amigo. —Señor Miller —le respondo con una gran sonrisa. En sus ojos hay un destello de algo, pero no logro identificar qué es, como si celebrara un triunfo. Mis ojos se dirigen a Noah, su único hijo. —Ven, Noah —lo llama mi padre. Él camina con elegancia, consciente de su atractivo. Me provoca náuseas. —Te presento a Emma. Noah toma mi mano derecha y besa cada nudillo de manera elegante. —Es un placer conocerte finalmente. —Su mirada es aburrida. Sabe muy bien el papel que tiene que interpretar. Dios, lo odio aún más. Nunca nos presentaron para evitar conflictos. —El placer es mío, Señor Miller —miento descaradamente. Sé cómo jugar mi papel. Eso lo toma por sorpresa y se queda atónito por un breve instante; sin embargo, se recupera rápidamente. Noah levanta la vista hacia mi padre y le dice en voz alta: —Señor Reynolds, prometo cuidar y proteger a su hermosa hija con mi vida. Todos en la sala emiten un jadeo y quedan en shock. Miro a mi madre y ella está sorprendida. Noah nunca se ha visto con ninguna mujer. Romy piensa que es gay y que se casa conmigo para despistar a su padre. Mi padre lo evalúa y responde con voz neutra. —Eso me tranquiliza. Noah saca una caja que reconozco bien, de Cartier, y levanta la mirada pidiendo permiso a mi padre; por un momento veo que papá duda, pero termina por asentir. En ese instante, mi vida se desmorona. Por un breve segundo pensé que papá entraría en razón y cancelaría esta ridiculez. Que dejaría de lado la búsqueda de un indicado para llevar su imperio. Noah saca un hermoso anillo de compromiso. Alrededor del anillo hay pequeños diamantes formando un gran círculo y en el centro, un gran diamante. El anillo es exquisito, bello; algo que realmente amaría sin dudar. —Emma —dice con voz ronca, mientras me quedo perdida mirando esos ojos grises que no transmiten emoción—. Te entrego este anillo como símbolo de la vida que construiremos juntos, con prosperidad, sabiduría y, sobre todo amor. Para tener un matrimonio hermoso y duradero. Por un momento pienso que realmente siente eso, pero no es así. Asiento. Él toma el anillo y me lo coloca en el dedo anular, sellando nuestro contrato, quiero decir, compromiso. Se acerca mucho a mí, colocando su boca en mi lóbulo derecho y susurra suavemente: —No te atrevas a quitártelo —su voz suena más ronca de lo habitual y eso hace que mi piel se erice—. Jamás, señorita Reynolds. —Me deja un beso en la mejilla. Con eso se levanta y sonríe de oreja a oreja. Las ganas de vomitar ahora son más intensas. Este trato está sellado. Soy suya. Las personas aplauden como si esto fuera un gran amor. Por supuesto, es lo que nuestros padres han decidido hacerles creer. Mi madre sonríe y me abraza. Su madre hace lo mismo. Pero nadie se da cuenta de que estoy muriendo por dentro. Salgo rápidamente del lugar hacia un sitio más privado. Camino sin mirar atrás hasta la gran puerta de vidrio donde está el rosal de mi madre. La abro rápidamente, dejo que se cierre sola y me dejo caer al suelo. —¿Qué voy a hacer? —susurro al vacío—. No deseo esto. Miro mis manos y me doy cuenta de que no he dejado de temblar. ¿Por qué mis padres hicieron esto? ¿Qué necesidad tienen de buscarme a un hombre? Yo puedo llevar la empresa de papá. Voy a estudiar lo mismo que él. Thomas es el dueño del imperio de software Chipsoft. Papá ha manejado la empresa durante años junto a Rodney. Podríamos hacer lo mismo. Noah tomaría su parte y yo la mía. Pero se les ocurrió esta estúpida idea. —Saben que esto es absurdo para mí. Me sobresalto. Y ahí está Noah Miller. Observando la rosa negra que tanto ama mi madre. —Entonces no lo hagas. —Me acerco a él—. Detén todo este drama. Se ríe entre dientes, pero es la risa más escalofriante que he escuchado en mi vida. —¿Crees que no lo intenté? —Su mirada se desplaza a mi vestido—. No eres para mí. No sé si eso me ofende o me halaga. Definitivamente elijo la segunda opción. —Igualmente. Pongo los ojos en blanco y camino hacia la rosa que más me gusta. Las rojas, porque son lo que deseo en mi vida. —Romanticismo —susurra detrás de mí—. Eso jamás lo tendrás de mí. No pierdo el tiempo en contestarle. Me quedo quieta cuando noto su dedo en mi cuello. —Deberías acostumbrarte, así como lo hice yo. Niego con la cabeza. —Jamás. Se ríe. —Quiero que sigas virgen hasta nuestro matrimonio. —Su dedo acaricia mi piel con delicadeza y siento asco—. Si alguien toca lo que es mío, lo mataré, Emma. Dijo mi nombre de una forma tan… repugnante. Me esfuerzo por no temblar ante sus palabras duras. Me giro para encararlo. —¿Tú también eres virgen? Se ríe entre dientes. —Eso jamás —inclina la cabeza y me sonríe de medio lado—. No creo que seas tan ingenua como para esperar eso de un hombre de veintitrés años. Estúpido. Reúno valor y le lanzo una propuesta descabellada. —Tienes razón, no espero eso de ti. Pero si deseas mi virginidad, lo haré con una condición. Su mirada se torna cautelosa. Asiente para que continúe. —En estos cuatro años que faltan para casarnos, debes ser fiel. No puede haber ninguna mujer o hombre en tu vida. —Noah levanta las cejas—. No me mires así. No sé si eres gay. Su sonrisa es triunfante. —No, Emma, no soy gay. Pero no creo que pueda… es decir, eso que me pides… Levanto la mano para detener lo que iba a decir. —Entonces no pidas mi virtud. —Lo miro con determinación—. Yo decidiré a quién se la doy con amor y gusto. Tú hiciste lo mismo. Veo cómo los ojos de Noah se oscurecen ante mis palabras y me sujeta con fuerza la mandíbula. —Ese fue el trato que hice con tu padre. Que tú fueras virgen hasta llegar al altar. Si no lo eres, el estúpido trato se termina y el hermoso imperio de tu padre se viene abajo. Lo miro atónita. ¿De qué está hablando este estúpido? —Explícate. Sus ojos están llenos de ira. —No pienso decirte nada, niñita Reynolds. Ya sabes que toda tú, serás mía, hasta tus besos. Sonrío con malicia. —¿Cómo piensas controlarme? —Me paso la lengua por el labio inferior—. Si me voy de Vancouver. Sus ojos están fijos en mis labios y mis traidores ojos se dirigen a los suyos. Son bastante carnosos. —Porque irás con guardaespaldas y no serán los de tu padre, sino los míos. Además... —acerca sus labios a los míos y me da un breve roce—, yo te proporcionaré un apartamento y te visitaré como mi novia. No me alejaré de ti. Lo miro perpleja. —No creo que mi padre permita semejante locura. Sonríe con esa arrogante sonrisa. —Eres mía, Emma, y él lo sabe. No tienes elección. —Si no me quieres, haz algo para detener esta tontería. Sonríe de oreja a oreja. —¿Quién te dijo que no te quiero? —Te parece absurdo el trato, con eso es más que suficiente. —Es otra cosa, Emma, pero... —sus labios se posan sobre los míos y me da un beso casto—. deseo con todas mis fuerzas tu cuerpo. Estoy contando los días para poder decir: “sí, acepto”, y así pasar veinticuatro, siete en una habitación. Con eso me suelta y se aleja, dejándome una rosa roja en las manos. La miro y no sé en qué momento me puso la rosa en la mano. Intenté tirarla; sin embargo, no puedo. La rosa no tiene la culpa de quién me la dio, además, es demasiado hermosa. —Emma. Escucho el grito de mi hermana; me limpio las lágrimas que no sabía que había derramado. Imbécil, haré algo para salir de esta situación.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD